
Mañana se dará el pistoletazo de salida al estreno del Gran Premio de India, pero aún planea la sombra de la duda sobre la capacidad de la organización para que la prueba se celebre con total garantías durante todo el fin de semana. 5.000 operarios continúan trabajando a destajo para asegurar que todo en el circuito de Buddh salga según lo previsto.
La India aún arrastra la pésima imagen que dejó el pasado año su organización de los Juegos de la Commonwealth. Si a ello se le suma que a falta de horas para que dé comienzo su primer Gran Premio de Fórmula 1 sin que aún estén listos todos los detalles, resulta lógica la preocupación de equipos y medios por que la prueba se celebre con normalidad.
De esta forma, Bernie Ecclestone ha querido salir al paso de las sospechas para atajar cualquier tipo de duda. "Han hecho un gran trabajo", afirma, dando por finalizadas las obras de acondicionamiento del circuito indio. También la organización asegura que todo estará listo para cuando comiencen los primeros entrenamientos libres, que se disputarán mañana a las 6.30, hora española.
Sin embargo, parece que no todos los detalles han sido rematados en el Buddh International. El periodista encargado de la retransmisión de la Fórmula 1 en La Sexta, Antonio Lobato, ha informado esta mañana, vía Twitter, de que aún no había electricidad siquiera en todas las instalaciones del trazado. Al parecer, sólo los 'box' de los equipos disfrutaban de corriente eléctrica.
Por si esto fuera poco, a pesar de que los pilotos han acogido con expectación y entusiasmo al nuevo circuito indio, algunos corredores no han disfrutado de su primer contacto con el país asiático. "Espero que los aficionados nos lleven más cerca del corazón que las autoridades de inmigración locales", ha protestado Timo Glock en declaraciones recogidas por As.
Al final, todo apunta a que de las bondades de la pista dependerá el éxito o el fracaso del Gran Premio. Las altas temperaturas que se esperan, en combinación con la rapidez del trazado y la doble zona DRS, parecen asegurar que, pase lo que pase, la emoción estará servida.