
Aún no sabe si tiene asegurado su volante de cara al año próximo, pero Jaime Alguersuari ya sueña con el coche que Toro Rosso está diseñando para 2012, cuyos primeros avances ya se pudieron comprobar en el pasado Gran Premio de Corea, donde el piloto catalán logró la mejor posición de su carrera.
Jaime confía en que su equipo haya encontrado la clave para dar el salto de calidad que él mismo reclamaba hace algunas semanas. "Estoy casi seguro de que Toro Rosso ha encontrado algunas cosas que serán excelentes para la India, Abu Dabi y Brasil (los países sede de los Grandes Premios que quedan por disputarse)", ha declarado un optimista Alguersuari para después añadir que "el año que viene podemos tener un gran coche".
De esta forma, el corredor barcelonés da por sentado que, finalmente, ocupará uno de los dos monoplazas que la filial de Red Bull tendrá a su disposición en 2012. Llama la atención la confianza de Alguersuari, especialmente cuando la competencia por esos dos volantes es tan fuerte.
Por un lado, están él y su compañero Sébastien Buemi, actuales pilotos de Toro Rosso; pero uno de los dos tendrá que, previsiblemente, dejar su sitio al australiano Daniel Ricciardo (de la escuela Red Bull, actualmente cedido en HRT). Y , además, surge con fuerza la posibilidad de que entre en liza el actual probador del equipo, el francés Jean-Eric Vergne, que a partir de ahora se subirá en la primera sesión de entrenamientos libres de cada carrera hasta el final del Mundial.
De lo que no cabe duda es de que Jaime le ha ganado la partida a Buemi, después de su gran actuación en los últimos Grandes Premios, donde ha logrado ser séptimo, su mejor posición en carrera, en dos pruebas distintas (Italia y Corea). El español suma, a día de hoy, 22 puntos en la general, siete más que su compañero, demostrando que si Toro Rosso puede confiar en alguien es en él.