
El Gran Premio de Singapur se disputará este fin de semana sobre uno de los trazados más difíciles del Mundial. A su excesiva duración y a la alta exigencia a la que es sometida la concentración de los pilotos, ha de sumarse su carácter nocturno y, en esta ocasión, las condiciones climáticas extremas que se esperan de cara a la carrera.
Ya lo decía ayer Pedro Martínez de la Rosa en su página web personal: "el circuito de Singapur es, después de Mónaco, el más difícil del Mundial". Las fuertes frenadas de las que se compone el circuito urbano conllevan un gran desgaste de frenos y neumáticos en carrera y una alta exigencia para la destreza de los pilotos, que deben permanecer siempre alerta para no colisionar con los límites de la pista.
Tal es el riesgo de incidentes que, en las tres últimas ediciones, ha tenido que salir hasta en cinco ocasiones el coche de seguridad a pista.
Pero el peligro aumenta cuando, como se prevé que ocurra este fin de semana, el agua hace acto de presencia en Singapur. Las predicciones meteorológicas anticipan que caerán fuertes lluvias que pueden dificultar la visibilidad del circuito desde los monoplazas y poner en riesgo la integridad y la continuidad de los pilotos en carrera.
Sin embargo, los organizadores ya han advertido de que el Gran Premio no se cancelará por más que exista una alta probabilidad de fuertes precipitaciones. Pirelli ya ha confirmado que sus neumáticos de mojado están preparados para correr en la noche bajo la lluvia, después de que a comienzos de temporada un test en Abu Dabi protagonizado por De la Rosa resultara satisfactorio.
Al problema del agua, debe sumarse también la preocupación existente por que las cenizas y el aire contaminado llegados de Indonesia agudicen la dificultad para ver con claridad en Singapur, frente a la iluminación artificial: un total de más de 1.500 farolas se distribuyen a lo largo de todo el trazado para alumbrar el circuito.
Un último factor contra el que se han manifestado algunos pilotos es la excesiva longitud que hay que recorrer para finalizar la carrera, que unida a la alta exigencia de la pista les deja completamente exhaustos. Así lo ha explicado el británico de McLaren Jenson Button: "la carrera es demasiado dura y al final estás totalmente agotado", asegura. "Es calor y la humedad son bastante fuertes", por lo que considera que "es una de las carreras de las que realmente pensamos que quizás debería acortarse", ha reivindicado el campeón del mundo en 2009.