Fórmula 1

La tragedia rozó a Fernando Alonso: el asturiano casi es atropellado por un camión

Alonso inspecciona en bici el nuevo trazado de Corea en 2010 | Reuters

Fernando Alonso ha visto la muerte de cerca. La tragedia pasó por su lado. Casi nadie lo sabe. Es parte de su vida oculta, pero ocurrió y no hace mucho. El asturiano ha admitido que unos días atrás casi termina arrollado por un camión mientras entrenaba sobre una bicicleta junto a un amigo. "A él le tocó el retrovisor de la cabina y casi le tira. Unos metros más adelante, el camión se fue a la cuneta. Si llegamos a estar algo más adelantado quizá no lo contamos", desvela con normalidad pese a que pudo estar a punto de unirse al club de las tragedias en la Fórmula 1.

Ese grupo tiene miembros de prestigio. El más reciente, el milagroso Kubica. El polaco salvó la vida tras un grave accidente en un rallye en Italia. No pudieron decir lo mismo otros pilotos cuyas aficiones terminaron con sus vidas. Alonso vivió de cerca esa sensación.

"Estamos siempre con la famosa duda ¿Qué haces? No te vas a quedar en casa siempre y más con los pocos test que hay. Los rallies o el karting o lo que sea para nosotros es el día a día, es imprescindible entrenarse de alguna manera", se excusa el bicampeón del mundo en una entrevista concedida al diario Marca.

Él, como tantos otros -Kubica o Webber son ejemplos de ello- tiene también aficiones peligrosas. La suya es montarse en avioneta con mucha frecuencia. "Ferrari lo sabe. No hay problema, son seguras", bromea Alonso.

Éstas y otras actividades son procesos inimaginables en equipos de fútbol o baloncesto, donde queda prohibido cualquier riesgo para la salud. No ocurre en la F1. Esto es el 'Gran Circo'.

"Hay días que no apetece ir a trabajar"

Fernando Alonso es un privilegiado. Eso dicen las sensaciones de una opinión pública que, como a todo el star system del deporte de alta competición, le coloca en el más alto ranking de ídolos que seguir.

Él, sin embargo, se empeña en desvelar el lado oculto de su vida. Tanto que reconoce haber tenido algunos días esa sensación de 'hoy no quiero ir al curro'. "Bueno, hay días que lo piensas. Pasamos muchos días fuera y claro, hay días que te da pereza", admite al tiempo que parte de lo que le rodea le aburre.

Por ejemplo, los periodistas: "Mira, he aprendido a no decir nada en las repsuestas porque creo que carecen de valor muchas veces. Hay cosas que me parecen tan genéricas, que carecen de importancia, como las ruedas de prensa de los tests. Intento alargar las preguntas para no tener que decir nada, porque la información real que hemos recogido es totalmente confidencial", desvela entre risas.

Según su visión de la vida, la carrera de un piloto de F1 es sacrificio, sacrificio, sacrificio y sólo sacrificio. "He perdido todo lo que sería vida normal, pero bueno, lo compensa por lo que vivo en la Fórmula 1 y soy consciente de que cuando me retire, tendré una edad en la que ya no voy a poder hacer ciertas cosas. El mayor sacrificio es que sólo podemos hacer esto", reflexiona.

Alonso, quien admite que lo más caro que ha comprado útlimamente a golpe de tarjeta ha sido un bolso para su mujer, la cantante Raquel del Rosario, pagaría por hacer cosas de gente normal como "ir a un restaurante o cenar tranquilo. Ser invisible", puntualiza.

"Yo no vivo de hablar, vivo de conducir"

Al líder de Ferrari le persigue una fama de tipo antipático que le cuesta quitarse de encima. Un buen método para hacerlo sería usar redes sociales, pero se niega a hacerlo.

"Al final de mes Ferrari me paga por pilotar un coche, no para desmentir rumores por redes sociales", dice a la vez que repite "que no, que no, que no me preocupa la buena imagen. Puede que haya 100.000 personas en España, pero el resto, los otros 39 millones se dedidca a hacer la comida a su familia, a llevar a los niños al colegio o a ver la carrera del domingo. Esos no tienen el tiempo de hacer el tonto", aclara.

Pese a ese recelo para su vida personal, el piloto admite que le gustaría hacer un libro con su vida. "Seguro que hay gente con curiosidad por saber a qué hora te levantas o cómo es un día normal, qué haces cuando acabas un test, tu avión, qué haces en casa, si tienes la nevera vacía porque no has parado allí mucho tiempo...", comenta con cierta ironía.

Este libro o película ("¿Por qué no?") tiene ya un autor listo: su manager, Luis García Abad. Texto o film en el que seguramente revelaría con más detalles el día que pudo perder la vida por la embestida de un camión.

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