
Fernando Alonso acaricia el sueño de lograr su tercer título de campeón del Mundo de la Fórmula 1. Lo que el asturiano aún no sabe es que su celebración podría acelerarse antes de lo previsto. A falta de cuatro carreras para que finalice el campeonato, el GP de Corea sigue más que en el aire. La pregunta, más que si se celebrará o no, es a quién beneficia la supresión sin sustitución de esta fecha en el calendario. La respuesta, afortunadamente, es positiva para Ferrari y su piloto estrella.
Tal y como anunció la FIA, de no correrse, no habría carrera reserva. De Japón (del 7 al 10 de octubre) se pasaría a Brasil (del 4 al 7 de noviembre) . Es decir: menos puntos en juego y también menos desgastes.
De ahí el optimismo de Ferrari. Tras haber hecho usado ya los 8 motores reglamentarios, Alonso no puede permitirse el lujo de exigir demasiado los que tiene a su disposición. Colocarle nuevo 'corazón y pulmones' a su monoplaza supondría perder diez plazas en la parrilla de salida.
Ante semejante argumento, la reflexión es evidente: a menos carreras, menos riesgos y, por tanto, menos opciones de romper alguno de los motores que quedan disponibles.
Aunque es cierto que de no correrse Corea, las posibilidades matemáticas disminuyen, también lo hace el peligro de que Alonso se quede fuera de algún Gran Premio regalando puntos a sus rivales al más puro estilo Hamilton.
El trazado asiático es, además, más propicio para coches como los Red Bull o McLaren, en los que la velocidad punta y la capacidad aerodinámica es una cualidad destacada, al contrario que los Ferrari, más preparados para carreras de desgaste que de velocidad.
Sea como fuere, lo cierto es que la preocupación por lo que ocurrirá con Corea es evidente en todo el paddock. Ya no sólo por saber si finalmente se correrá o no la carrera, sino por las condiciones de seguridad en las que se haría.
Según informan varios medios especializados, la organización ha redoblado el número de operarios para acelerar los trabajos, pero las dudas siguen siendo evidentes.
El pasado día 21 de septiembre la FIA debió haber inspeccionado el trazado, pero los dueños del trazado le pidieron más margen de tiempo. Lo más probable es que el viaje se produzco justo después de Japón, con apenas 15 días de margen para detectar deficiencias y ajustarlas.