Introducido en Europa en otoño de 2008, la segunda generación del Murano se verá mejorada significativamente con la inclusión de un motor diesel en la gama. La novedad de este propulsor llega justo cuando Nissan acaba de presentar al cuarto miembro de su gama crossover, el Juke, y poco después de la introducción del mejorado Qashqai.
El Murano ahora cuenta con una versión mejorada y probada del motor 2.5 dCi, YD25, montado desde hace tiempo en el Pathfinder, lo cual le proporciona un par motor de 450 Nm y 190 CV de potencia. A estas cifras se le suma un consumo ponderado de ocho litros a los cien kilómetros y unas emisiones de 210 gr/Km gracias, entre otros argumentos técnicos, al nuevo filtro de partículas.
Para conseguir estos resultados se le han realizado cambios que incluyen un nuevo sistema de inyección directa que funciona a 2.000 bar, en comparación con los 1.800 bar anteriores, se le ha adoptado un nuevo turbo nozzle (VNT) con control eléctrico - en lugar del sistema hidráulico previo - para proporcionar una respuesta más rápida y una caja de cambios automática de seis velocidades diseñada para conseguir cambios de marcha suaves y discretos que garanticen una progresión continua y sin esfuerzo. El fabricante incide que ésta ha sido programada para sacar el mayor partido de las características de par elevado del motor, pero también para optimizar el consumo de combustible.
Además, dicho elemento está equipado con el sistema ASC (control adaptativo de cambio de marcha), que modificará los patrones de cambio de marcha según el estilo de conducción más común; por ejemplo, programará la caja de cambios para que se mantenga en marchas más bajas durante un descenso para aumentar el freno motor.
Todo ello se transmite al asfalto mediante la tecnología ALL MODE 4x4-i de Nissan, que envía la potencia a las ruedas traseras cuando se detecta una pérdida de estabilidad o de tracción.
- Suave, suave???
Durante los 250 kilómetros que pudimos realizar lo primero que nos gustó fue las modificaciones estéticas en el exterior que le dan una imagen aún más potente, si cabe, y las llantas de 20 pulgadas que montaba. Ya en el interior vimos que la amplitud es grande contando con espacio tanto delante como detrás/atrás. La sensación de lujo y de estar bien acabado es patente y el tubo central trasero no molesta a los ocupantes de dicha zona.
Arrancamos el "dos litros y medio" y comprobamos que lo prometido por Nissan es cierto: no hay vibraciones ni ruidos provenientes del propulsor. Seleccionamos la posición "D" y el coche se mueve suavemente mientras vemos todo "desde arriba" y sorteamos las calles buscando salir fuera de la ciudad hacia las autopistas alemanas y sus carreteras regionales rodeadas de bosques tal como podemos ver en el navegador integrado que nos guía de forma eficiente.
En autopista el tren delantero del coche no trasmite sensaciones de SUV propiamente sino que vemos que ha sido configurado más para este medio que para fuera de él. El motor entrega rápidamente todo lo que tiene y las aceleraciones y recuperaciones son lo suficientemente rápidas para acceder a un carril central o para adelantar en carreteras de una sola vía para cada sentido pero no esperemos batir records con él.
La caja de cambios nos encantó mucho por su funcionamiento y suavidad viendo que en carreteras con curvas ésta se adaptaba bien a las condiciones imperantes. La frenada es lo suficientemente potente para detener a un todocamino que pesa 1.900 Kg.
En conjunto nos ha gustado esta nueva versión que Nissan necesitaba sacar al mercado para así poder defenderse en una categoría donde las ventas de modelos de gasolina son casi inexistentes.
Los precios del modelo con el propulsor diesel en sus seis diferentes versiones van desde los 42.650 euros del Acenta hasta los 51.550 euros que cuesta el modelo con terminación Tekna Premium y DVD.