La Fórmula 1 encarniza la guerra entre Telecinco y Mediapro. La cadena de Fuencarral acusó por carta a la productora de Jaume Roures de no garantizar "los criterios de transparencia" en la subasta por los derechos de la principal competición automovilística para poder adjudicarlos a dedo a la cadena que quisiera sin estar sujeta, necesariamente, a intereses económicos.
Según una serie de misivas a las que ha tenido acceso este diario, el grupo que preside Alejandro Echevarría instó a Mediapro para que fuera la Comisión Nacional de Competencia la encargada de vigilar estrechamente la subasta de los derechos de las carreras, algo a lo que la productora se negó alegando que no era una subasta, sino una reventa entre algunos operadores.
Cruce de acusaciones
"Nos resulta altamente sospechoso que digan que no han realizado un proceso de subasta, sino que han optado por dirigirse a diferentes operadores (...) ¿Quiere ello decir que no se sienten vinculados por la oferta económica más alta?", sentencia Mediaset en la última epístola. A raíz de este rifirrafe entre ambos grupos, Telecinco decidió no pujar por la competición dejando sola a Antena 3.
Este cruce de acusaciones (Mediapro insinúa que Telecinco no consiguió el Mundial de Fútbol con todas las de la ley al comprárselo a Cuatro en pleno proceso de absorción) es la punta de iceberg del enfrentamiento entre ambos grupos. La historia se remonta a 2007 cuando la productora de Roures le quitó los derechos de la Fórmula 1 a Telecinco por la espalda. Mediapro lanzó una oferta de entre 35 y 50 millones de euros por cada temporada, muy superior a los 15 millones que pagaba el canal de Echevarría. "Se están metiendo novatos en este negocio que inflan los precios", aseguró el consejero delegado de Telecinco, Paolo Vasile, por aquel entonces.
La falta de transparencia en el proceso de reventa era la excusa que Telecinco necesitaba para no presentarse a la puja, ya que realmente no estaba interesada en hacerse con la Fórmula 1. La cadena de Fuencarral tiene derechos deportivos por más de 90 millones de euros entre el Mundial de Motociclismo y la Eurocopa de Fútbol, lo que limitaba sus posibilidades económicas en esta aventura. No en vano, según fuentes del mercado, Telecinco ha pagado 70 millones de euros por los derechos de la Eurocopa y puede perder entre 25 y 30 millones con la competición.
Difícil rentabilidad
La razón que está detrás de estas posibles pérdidas tiene que ver con las dificultades para amortizar los derechos desde un punto de vista publicitario. En el caso del fútbol, el espacio útil para generar el grueso de ingresos son los 15 minutos del descanso. Un tiempo que, según estimaciones orientativas y siempre dependiendo del tipo de encuentro de que se trate, podría suponer alrededor de un millón de euros. Así, pese a que los resultados del fútbol, en términos de audiencia, no tienen parangón, es un contenido que no resulta tan atractivo desde este punto de vista.
Al contrario, la Fórmula 1 ofrece muchas más posibilidades para tratar de amortizar la inversión. No sólo es posible abrir pequeñas ventanas de publicidad durante la carrera, sino que además se pueden hacer muchas más interrupciones para realizar inserciones de carácter comercial. La única pega que, a priori, tiene esta competición es que nunca se emite en horario de máxima audiencia. Eso sí, en los últimos años los organizadores de la competición se han preocupado por armonizar algunos horarios.
En otros deportes, como el ciclismo, en el que los escándalos del dopaje ahuyentan a las marcas, el valor de sus derechos depende, como también sucede en la F 1, de que haya deportistas españoles como Alberto Contador o Fernando Alonso.
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