Madrid
En 2004, Europa lanzó el programa Erasmus para promover la movilidad académica de los estudiantes de sus estados miembro. Entonces, muchos jóvenes argentinos se postularon para obtener las becas "Mundus", dirigidas a estudiantes latinoamericanos. La oportunidad era verdaderamente atractiva: vivir una experiencia en otro país, especializarse en universidades de calidad y nutrirse de otras culturas.
Inspirados en ese programa, en Buenos Aires nos propusimos aprovechar todo el ecosistema educativo y emprendedor que tenemos para hacer de la Ciudad un centro de atracción de talento internacional.
Buenos Aires tiene varias fortalezas competitivas para quienes quieren desarrollar su talento. Primero, su alta dotación de infraestructura para el conocimiento: alberga más de 20 universidades, tiene más de 500.000 estudiantes universitarios, 160.000 de ellos de ciencias aplicadas. La Universidad de Buenos Aires fue seleccionada en 2016 como la mejor universidad de América Latina y la única en la región entre las 100 mejores del mundo.
Este año, de hecho, Buenos Aires fue elegida por el ranking QS entre las mejores 25 ciudades del mundo para estudiar, y la mejor de Iberoamérica. Es, además, la ciudad de la región que más estudiantes internacionales eligen para estudiar. Buenos Aires tiene hoy más de 60.000 jóvenes extranjeros que están cursando especializaciones y posgrados: un 13% de ellos son europeos.
Otro condimento funciona como atractivo: Buenos Aires es la primera ciudad en competitividad del talento en América Latina, según el INSEAD. También es líder en capital intelectual e innovación en América Latina, y lidera el desarrollo de software y el diseño multimedia en la región.
Este talento se evidencia en el ecosistema emprendedor porteño. Cuatro de los 11 unicornios latinoamericanos surgieron en Buenos Aires y el Distrito Tecnológico, ubicado en el sur de la Ciudad, ya alberga más de 200 empresas y 3 universidades
Además, hoy la Ciudad es la segunda de la región en concentración de las llamadas "tecnolatinas", emprendimientos digitales que se expanden a nuevos ámbitos, como la biotecnología, la medicina digital, energías renovables, fintech o agtech, por mencionar algunos. Ahí están los empleos del futuro.
Pero, fundamentalmente, Buenos Aires es una gran ciudad para vivir. Así lo sostiene el ranking de ciudades más vivibles de The Economist, que resalta a Buenos Aires como la mejor de América Latina en calidad de vida. Se destacan su ecosistema educativo, su infinita oferta cultura, su vida nocturna y su gastronomía, el clima benigno, sus parques y plazas.
En este contexto, el gobierno porteño diseñó el programa Study Buenos Aires, para promover la llegada de estudiantes internacionales. La iniciativa tiene el apoyo de 23 instituciones educativas, públicas y privadas, entre ellas la Universidad de Buenos Aires. Así, busca que los jóvenes tengan una experiencia única: que vivan y conozcan barrios icónicos de la Ciudad –como Caminito o San Telmo- que salgan por Palermo, que se hagan amigos de los porteños y que vivan una auténtica experiencia latinoamericana.
Además de compartir nuestra cultura, queremos sumar la mayor cantidad de cosmovisiones posibles para enriquecer el debate universitario. Esa diversidad potencia el talento de todos los alumnos, locales o extranjeros. Por eso, Study Buenos Aires incluye un kit de bienvenida con facilidades para que los recién llegados programa de actividades –como salidas a ver partidos de fútbol, recorridos por diferentes barrios y eventos de bienvenida- que buscan integrar a los recién llegados con los jóvenes porteños.
Los jóvenes, cada vez más, quieren –y pueden- viajar. También saben que los empleadores valoran los intercambios por la flexibilidad, diversidad, apertura y capacidad de adaptación que implican.
En una época en la que las ciudades globales enfrentan el desafío de integrar a las diversas poblaciones que conviven en ellas, Buenos Aires abre sus puertas a todos los jóvenes del mundo que quieran venir a estudiar, a emprender y a desarrollar todo su potencial.
Elaborado por Fernando Straface, Secretario General y de Relaciones Internacionales de la Ciudad de Buenos Aires