Joaquín Goyache, rector de la Universidad Complutense de Madrid, nos cuenta cuales son los cambios que ha tenido la universidad en la sociedad contemporánea.
¿Cómo ha cambiado el rol de la Universidad en la sociedad contemporánea?
La sociedad demanda siempre que la Universidad esté actualizada en sus funciones básicas, que son dos principales, la docencia y la investigación, además de una serie de otras que en conjunto son también esenciales: la transferencia tecnológica, el espacio de debate y la divulgación científica. En definitiva, las tradicionales tres misiones de la universidad: formación, investigación y transferencia del conocimiento. A esta última misión, la transferencia, se suele unir la responsabilidad social. Yo prefiero separarla de la transferencia, ya que incluye otros aspectos muy relevantes en una universidad moderna. No se debe olvidar que en la universidad no solo se forma a los futuros profesionales y a científicos y científicas, sino, también, a ciudadanos responsables y comprometidos. La Universidad ya no trabaja con y para las élites, trabaja para la sociedad a la que pertenece.
Para mantenerse en la vanguardia de esta labor tan amplia y compleja, se hace necesario contar con las nuevas tecnologías, incorporarlas, explorarlas, ampliarlas y aplicarlas. Debemos también, y en consonancia, buscar y ampliar la oferta educativa hacia nuevas profesiones, habilidades y capacidades.
En una sociedad cada vez más tecnificada, no actualizarse en estas materias es un suicidio
Y como herramienta esencial en una Universidad actual, debe procurarse la constante interacción con la sociedad para detectar necesidades, tendencias y así poder responder a ellas desde nuestra labor. Ejemplos de ello son las colaboraciones crecientes Universidad-Empresa y, especialmente, la notoria respuesta ante la pandemia desde las universidades, mediante su enorme empuje en diseño y desarrollo de técnicas de diagnóstico y vacunas, la docencia online masiva, las asesorías y divulgación en materia de prevención y bioseguridad, entre otros múltiples aspectos.
¿Qué papel desempeña hoy en día la universidad?
Ya lo he mencionado, por un lado, el de siempre, esto es formación superior, pero sujeta a las exigencias indicadas. Ello asegura que esta educación superior conduce a una mejora social, al aumento del nivel educativo y cultural de la sociedad, no solo de quienes cursan nuestros estudios, sino de todos los ciudadanos, porque estando más y mejor informados y formados se genera una mejora en la calidad democrática de nuestra sociedad.
El otro papel "de siempre" es la investigación: generación de conocimiento híper-especializado.
La mayor parte de la investigación en España es universitaria
Es un hecho, los datos lo avalan. Somos el principal motor en la generación y captación de talento. Y ello a pesar de la escasa financiación, que nos sitúa muy por debajo de lo que se necesita y se merece.
Pero no olvidemos las otras misiones, como son la transferencia, que origina una vinculación directa con la empresa y la sociedad mediante patentes, aplicación de tecnologías, mejores métodos disponibles, asesoría, etc.
Y una última cuestión, nada menor: el espacio de debate -político o no político, pero no politizado ni vinculado a partidos
En las universidades, y en concreto en la UCM, se debate sin cortapisas. La promoción de los Intercambios de ideas, de la actividad deportiva y de la producción artística mediante foros, congresos, jornadas, exposiciones, deporte, etc. son papeles muy relevantes que hoy juega la universidad.
¿Cuál es la mayor fortaleza de la Universidad Complutense?
Las personas. Tenemos un profesorado y un personal investigador altamente cualificado, comprometido y activo. Y están acompañados por personal de administración y servicios con idénticas características, así como por un estimulante estudiantado, siempre inquieto y reivindicativo.
Entre los tres sectores de la comunidad complutense mueven sin descanso a la institución para seguir progresando
Y son lo mejor pese a las carencias de dotaciones que sufrimos, a la escasez de personal y a las dificultades económicas que las familias de nuestros estudiantes encuentran demasiadas veces para procurarles el sostén necesario para sus estudios. La UCM tiene una política de ayudas y becas que creo es envidiable, incluyendo a estudiantes desfavorecidos y estudiantes internacionales. Pero, dejando a un lado lo económico, la implicación y el sentimiento de pertenencia que los complutenses tienen me parece muy superior al de otras universidades. Hay un orgullo de ser y sentirse complutense creciente.
¿Cuáles son las ventajas para los estudiantes que la universidad cuente con acuerdos de empresas?
Parece obvia, ¿verdad? Es impensable hoy una oferta de educación superior que no incluya esta vinculación con el mundo laboral de forma directa durante su formación. La puesta en práctica a pie de calle de sus conocimientos genera actitudes y modos de trabajar acordes con la demanda de los empleadores.
Algunas titulaciones pueden no necesitarlas tanto, pero incluso en estos campos, todas las disciplinas se benefician de este tipo de acuerdos
Por su parte, las empresas se benefician en gran medida. Aunque no siempre se percibe así. Es verdad que el esfuerzo de acoger, atender, tutelar y formar a estudiantes es algo que, en muchos casos, produce cierta renuencia. La presencia de los estudiantes les permite contribuir a generar talento, sí, pero esa no es, en definitiva, su misión. Sin embargo, esa carga aparente se transforma en la mayoría de los casos en una oportunidad de captar talento. Las universidades somos una fuente de talento, esa es nuestra fortaleza. La creación de sinergias de cara a investigación con el respaldo público-privado es otro de los aspectos que estas colaboraciones pueden contribuir a conformar.
¿Qué tipo de participación tienen los ex alumnos de la universidad y por qué es importante su vinculación?
Es un capital humano importantísimo, ya que los egresados y las egresadas son un colectivo que forma parte de los grupos de toma de decisiones a nivel empresarial o de administración, así como en investigación. El contacto enriquece a la UCM y este es un aspecto que venimos reforzando durante nuestro mandato, ya que esta tradición no existía en nuestra Universidad de forma articulada y correctamente organizada. Y debo decir que la acogida de estos programas de contacto con los Alumni tiene un éxito extraordinario.
¿Cuáles son las claves para que los estudiantes logren tener un perfil atractivo y destacar?
No hay secretos: trabajo, entusiasmo y formación sólida
Hay que educarse activamente, no solo esperar a lo que desde la Universidad se te ofrece, sino participar activamente en tareas fuera del currículo puro y duro: voluntariado, deporte, arte, intercambio, acogida, representación estudiantil, etc. Hay mil y una actividades que proporcionan un valor añadido a los universitarios.
¿Cómo han evolucionado las metodologías de aprendizaje?
La pandemia ha acelerado la transformación digital de muchos aspectos de la docencia, pero no todos.
La docencia en remoto permite simulaciones y modelizaciones impensables en un entorno no digital, pero "vivir" la Universidad forma parte de la esencia de la Universidad Complutense.
Disponemos de hiperaulas, aplicaciones específicas de aprendizaje, depósito y acceso telemáticos de bibliografía, campus virtual, pantallas interactivas, simuladores de todo tipo, etc., cualquier herramienta es buena para mejorar el aprendizaje. Y hay que tenerlas. Pero es el contacto con el profesorado, los profesionales de administración y servicios, y los compañeros y compañeras de estudios el que hace Universidad y universitarios.
El aprendizaje presencial origina vivencias y convivencia; en definitiva, crea experiencias vitales
¿Cómo han respondido frente a los cambios tecnológicos de los últimos años? ¿Qué han implementado en este sentido?
La pandemia ha obligado a acelerar exponencialmente un proceso que llevaba años despegando a ritmo sostenido, pero, tal vez, demasiado lento, al menos en el caso de la Universidad Complutense. Hemos debido afrontar una enorme inversión en recursos tecnológicos, que es lo primero que viene a la cabeza.
Pero en realidad, eso es solo dinero. Y planificación y formación, claro
Lo verdaderamente difícil y meritorio ha sido el tremendo esfuerzo realizado por el profesorado y el personal de administración y servicios para trabajar en estos entornos, poco explorados en nuestra universidad, en un tiempo récord y con unos resultados más que notables. Resultados fruto del compromiso del personal docente y no docente que mencionaba antes. El estudiantado y sus familias también han realizado un esfuerzo extraordinario, con una comprensión admirable de las dificultades con las que se encontró su universidad de repente.
Y no olvidemos otra vertiente esencial: la administración digital y todo lo que conlleva (procedimientos acordes con la normativa, protección de datos, validez de documentos digitales, gestión y transmisión, validación de exámenes online, etc., la lista es inmensa).
¿Cómo ha cambiado la oferta educativa en los últimos años?
Nunca deja de cambiar. Eso es lo que nos mantiene en la cabeza.
Hay una constante renovación de las titulaciones, que se proponen desde las Facultades, ya que estas tienen un contacto más directo con el campo de su especialidad y detectan las tendencias y necesidades de ofrecer educación superior en ciertas materias o de cambiar la existente y adaptarla a nuevas situaciones fruto de los avances sociales o tecnológicos. Nuevas titulaciones de alta especialización orientadas hacia nuevos nichos de trabajo, demandas sociales o de investigación aparecen y otras caen.
La UCM ofrece más de 50 programas de doctorado, más de 150 másteres y más de 70 grados, por no hablar de los títulos propios
Eso es una oferta ingente que, además, precisa de actualización permanente.
Y no quiero olvidar una oferta singularmente propia de la UCM, como son los cursos ofrecidos por las Escuelas Internacionales Complutenses, que incluyen la Latinoamericana, la Africana, o los Cursos de Verano, la Escuela de idiomas, la presencia en la Universidad de Harvard, etc.
¿Con qué tipo de convenios de cooperación cuenta la universidad?
Por suerte son innumerables, ya que tenemos acuerdos con todo tipo de entidades públicas y privadas, con objetivos docentes, investigadores, de asesoría o de carácter social. Y esto a escala nacional e internacional. A modo de ejemplo puedo citar la Alianza UNA Europa, de la que forman parte 11 prestigiosas universidades europeas, incluidas la Universidad Complutense, Sorbona, Bolonia, Berlín, Helsinki, entre otras, y que ya empieza a ofrecer titulaciones conjuntas. La Unión Iberoamericana de Universidades (UIU), con las cinco principales Universidades Iberoamericanas es otro ejemplo. Y múltiples titulaciones interuniversitarias, particularmente en el terreno de los másteres.
Pero, saliendo del ámbito estrictamente interuniversitario, tenemos acuerdos con Ministerios, Administraciones nacionales, regionales y locales, organismos internacionales, cientos de empresas para prácticas y empleabilidad, etc. Demasiados para no olvidar a muchos si pretendiera enumerarlos a todos.
Termino diciendo que estas cooperaciones nos vinculan también con entidades de carácter social, lo que es una enorme riqueza, conectando nuestra Universidad con muy diversos colectivos, desde deportistas de élite a refugiados pasando por colectivos desfavorecidos o misiones internacionales.