
IRISBOND es la compañía española pionera del eyetracking y referente en Comunicación Aumentativa Alternativa (CAA). Aboga por de la Cero discriminación infantil y su vulneración del derecho fundamental a la comunicación. Eduardo Jáuregui, fundador de Irisbond, nos cuenta los principales objetivos de la empresa.
¿Cuál es el principal objetivo de IRISBOND?
IRISBOND nace con el objetivo de llevar la interacción y comunicación a otro nivel.
Llegar siempre un paso más allá. Eliminar barreras
Restar límites. Permitir que cualquier persona pueda amplificar sus opciones para interactuar y comunicarse. Hacer posible lo imposible.
Nos dirigimos a empresas que son pioneras en lo que ofrecen a sus clientes, empresas que no tienen miedo de innovar o a pensar desde una perspectiva diferente.
La tecnología de IRISBOND se aplica en áreas como las tecnologías de apoyo y salud
¿Qué les impulsó a invertir en este tipo de proyectos?
Debido a múltiples afecciones como parálisis cerebral, enfermedades raras, etc., hay muchos niños que no pueden acceder a los centros escolares al uso y deben acudir a los llamados de educación especial.
Solo por aportar un dato uno de cada 500 niños que nacen, tienen parálisis cerebral
Estos niños, en muchos casos, no tienen afectadas sus capacidades intelectuales, solo las motoras. Sin embargo, por su condición se ven relegados de la sociedad y son privados de una infancia y una educación como los demás, cuando simplemente gracias a un comunicador podrían estar escolarizados con normalidad.
Pese a que desde el 2019 los lectores oculares que permiten a estos niños comunicarse con su entorno están al 100% subvencionados por la sanidad pública, y las familias tienen derecho a obtenerlo, todavía los trámites se alargan mucho en el tiempo, haciendo aún más difícil el acceso a los mismos. Así, miles de familias están en un limbo y se les complica una necesidad básica como es la comunicación e interacción social.
Por ello desde IRISBOND llevamos tiempo trabajando en colaboración con empresas, equipos médicos y las consejerías de Sanidad para seguir promoviendo el derecho a la comunicación de todas las personas, independientemente de su condición.
¿Por qué es importante la inversión en este tipo de proyectos?
Creemos que es importante por la inclusión y por dar oportunidades a personas que hoy no las tienen y favorecer así su inclusión en la sociedad. La tecnología proporciona a estos enfermos un incremento de calidad de vida. Realmente una buena implementación de determinadas tecnologías cambia de forma radical la relación del afectado con el mundo educativo, el manejo de las actividades básicas diarias y en ocasiones con el control de la afección. En el caso concreto de los niños, la tecnología les puede permitir movilidad, comunicarse, socializar y jugar… les cambia la vida.
Pero también porque la inversión en este tipo de proyectos tecnológicos hace a las personas más autónomas pese a su condición física, esto sólo puede beneficiar a la sociedad. Así estas personas no serán tan dependientes de terceros, lo que conlleva para la familia y la sociedad un ahorro económico.
¿Cuáles son las principales barreras educativas a las que se enfrentan los niños con parálisis cerebral?
Sólo en España hay alrededor de 4 millones de personas con algún tipo de discapacidad, por ello, fomentar la inclusividad desde la escuela es un asunto que toda la sociedad debe implantar, ya que es el comienzo para normalizar e integrar de manera real a todas las personas, discapacitadas o no. Y es que no se trata de una estrategia para "colocar" a personas en los sistemas y estructuras sociales, se trata de cambiar éstos para hacerlos mejores para todos.
¿Cómo pueden llegar a tener una educación inclusiva?
La educación sólo es inclusiva si los niños con discapacidad van a clase con otros niños que no la tengan
De esta forma se percibe -y se vive- como algo normal, algo que llevarán consigo durante el resto de su vida y permitirá que esos niños con discapacidad se conviertan en ciudadanos de pleno derecho, no en cargas para el sistema, independientes y autónomos laboral y socialmente.
Los niños que crecen en la diversidad no ven como algo raro que un compañero de clase necesite de un dispositivo tecnológico para comunicarse o de un apoyo para su movilidad. Y esto no significa que los centros de educación especial deban cerrarse, pues son una pieza fundamental. Pero en muchos casos, como pudiera ser con la parálisis cerebral, síndrome de Rett u otras enfermedades raras, los niños únicamente tienen afectadas sus funciones motoras y no pueden recurrir al habla para comunicarse, pero intelectualmente están plenamente capacitados para seguir la educación reglada (de hecho, hay niños superdotados con parálisis cerebral).
Así, los dispositivos de eyetracking, que ya están 100% subvencionados por la sanidad pública para algunas afecciones, ofrecen una comunicación asistida a través de la cual se controla un dispositivo como un ordenador o una tablet con la mirada para comunicarse y poder ejecutar muchas acciones de la vida cotidiana. ¿El problema? El acceso por un parón burocrático.
¿La tecnología sería un recurso adecuado para eliminar barreras? ¿Por qué?
Hoy por hoy, gracias a la tecnología, una escuela más inclusiva es posible. Una escuela donde los niños, con discapacidad o sin ella, convivan y aprendan como iguales porque, en realidad, lo son. La tecnología puede eliminar esas barreras circunstanciales que, hasta ahora, suponían una diferencia.
¿Cuáles son las claves para que la educación en España sea verdaderamente inclusiva?
Este derecho a la comunicación va más allá, pues permite a los niños, como comentábamos, escolarizarse en un centro reglado. La escuela inclusiva puede ser una realidad para el sistema educativo comprometido con nuestro tiempo.
En nuestro país, ya existen diferentes casos de éxito de niños utilizando estos dispositivos que están escolarizados en centros estándar, estudiando y haciendo sus exámenes como cualquier otro. Si bien, hoy por hoy, son casos excepcionales cuando debería ser la norma no sólo por la integración real de los niños con discapacidad, sino porque es algo positivo para todos. El derecho a la comunicación figura entre los derechos humanos fundamentales, y no podemos negárselo. Hoy ya no, porque la tecnología lo ha hecho posible.
Para poder conseguir una inclusión total, tanto los profesores como los centros tienen que estar formados y equipados
Un profesor tiene que entender cómo tratar a un niño que utiliza diferentes medios tecnológicos para estudiar, comunicarse, etcétera.
El profesor y el centro tendrán que adaptarse igual que se adaptan, por ejemplo, a un niño extranjero hasta que aprende el idioma