
En España durante el 2021 hubo 11.229 casos denunciados de acoso escolar, la Dra. Antonia Martí Aras, Directora del Máster Universitario en Acoso Escolar y Mediación de VIU, nos cuenta las principales consecuencia que podría traer en la vida escolar de los niños y jóvenes.
¿Aproximadamente cuando estudiantes pueden sufrir de acoso escolar en España?
La verdad es que a día de hoy los datos que barajamos son ciertamente dispares, los datos de las diversas investigaciones no muestran una metodología y objetivos comunes por lo que podamos dar una cifra exacta. Si nos fijamos en los datos que ofrece el informe PISA de 2018, el 17% de los alumnos de 15 años ha sufrido acoso escolar. Otros datos que manejamos son los ofrecidos por asociaciones nacionales e internacionales contra el acoso escolar, como puede ser la asociación Bullying sin fronteras quienes cifran el acoso en España durante el 2021 en 11.229 casos denunciados.
En el último informe vertido por la fundación ANAR y Mutua Madrileña nos indica que las últimas campañas de sensibilización y prevención del acoso unido al tiempo de pandemia, en el que el contacto físico era obviamente menor, se redujo la incidencia de bullying, sin embargo, aumentó notablemente el ciberbullying, el acoso a través de las redes sociales.
Otro estudio del ISEI-IVEI, "Maltrato entre iguales Bullying 2020", referido a alumnos del País Vasco, arroja datos muy interesantes: en Primaria, un 20,3% asegura haber sufrido acoso escolar.
En la ESO, un 17,8%. Vivimos en la era digital, donde la comunicación a través de las redes y aplicaciones es diaria, y debemos incidir en la salud digital, cada vez tenemos más casos de ciber violencia (grooming, sexting, ciberviolencia de pareja) y adicción a las nuevas tecnologías. Necesitamos más investigación que nos ayude a afrontar de forma más eficaz cualquier tipo de violencia en menores y adolescentes.
¿El acoso escolar puede tener relación con el rendimiento escolar?
Por supuesto, un alumno víctima de acoso escolar presenta un cuadro psicopatológico cuyos síntomas más habituales son ánimo depresivo, ansiedad, somatizaciones, miedos o problemas de sueño. Todo ello afecta evidentemente al rendimiento y al aprendizaje. Un niño que acude al colegio con miedo, que vive en un estado de alarma constante y con esta sintomatología es muy probable que vea afectado su aprendizaje y su rendimiento académico, así como que su capacidad de atención y concentración descienden drásticamente. Si bien es cierto, nos encontramos casos en los que apenas hay síntomas que despierten la sospecha de que el menor está siendo acosado… ni en notas, ni en sintomatología visible. Los niños aprenden a ocultarlo por miedo a represalias y lo viven muy en silencio y soledad.
¿Cuáles podrían ser las principales consecuencias del acoso escolar?
Las consecuencias que presenta un alumno que ha sufrido acoso escolar pueden ser muy amplias, como trastornos emocionales, problemas psicosomáticos, depresión, ansiedad y pensamientos suicidas, pérdida de interés por los estudios. Algo que puede desencadenar en un menor rendimiento y fracaso escolar, como he comentado anteriormente. También, pueden aparecer trastornos fóbicos, sentimientos de culpabilidad, alteraciones de la conducta como intromisión, introversión, timidez, aislamiento social y soledad, así como problemas en las relaciones sociales y familiares como baja satisfacción familiar, baja responsabilidad, actividad y eficacia, síndrome de estrés postraumático, manifestaciones neuróticas y de ira, faltas de asistencia a la escuela e incluso abandono de los estudios.
Lo más grave de todo ello es que cuanto más tiempo haya estado sufriendo la violencia más graves serán las consecuencias y debemos hacer no solo intervención escolar, sino que también psicológica, ya que de lo contrario se perpetúan estos síntomas llegando a ser adultos patológicos y menores víctimas que se convierten en agresores, es decir, que como consecuencia de haber sido víctima, se convierten en agresores, ejercen el doble rol.
¿El acoso escolar puede ser una causa del suicidio en jóvenes y adolescentes?
Por desgracia tenemos que decir que sí, que una de las peores consecuencias del acoso es la ideación suicida y la conducta suicida. No existen protocolos ante el suicidio en los colegios, y en salud mental todavía queda mucho trabajo, según pudimos ver en el Congreso de Salud Mental Escolar que organizó VIU recientemente, que permita la atención temprana.
Es sumamente importante darle visibilidad y establecer protocolos de prevención del suicidio a nivel sanitario, y escolar.
¿Cuáles son los factores que influyen en el acoso escolar?
Las causas por las que un menor agrede a sus iguales están derivadas de varios contextos. Por una parte, es muy importante atender a los factores familiares y personales del propio alumno. Estilos educativos parentales basados en la sobreprotección, con demasiada permisividad o excesiva autoridad, son modelos educativos disfuncionales que no permiten el desarrollo de habilidades emocionales ni sociales.
El ser testigo de violencia familiar, interioriza la idea en el menor de que los conflictos se solucionan a través de la violencia y eso se ve reflejado en el colegio.
A nivel personal, la falta de control de los impulsos, sentimientos de soledad, ánimo depresivo, son también factores que precipitan en actos de violencia por el malestar que se está vivenciando.
A nivel contextual, existen distintos factores de riesgo que debemos considerar. Por ejemplo, el clima de aula o de centro negativo, la existencia de un claustro poco cohesionado, la falta de vinculación familia y escuela, son factores precipitantes de actos violentos en la escuela, y ya no solo de acoso, sino también de violencia de pareja adolescente, homofobia, grooming o sexiting.
La sociedad debe actuar de forma que no se deje de dar visibilidad a la violencia, cuando dejamos de oír que existe un problema, tendemos a pensar que ya no existe y nos relajamos.
Las campañas publicitarias y de sensibilización social han dado sus frutos y los datos reflejan una disminución en la prevalencia de la violencia offline
Pero hemos sufrido un repunte en la violencia online, por lo que aun nos queda un largo camino que recorrer.
¿Cuáles son las claves para poder enfrentar el acoso escolar?
No existe un perfil claro de víctima que sea común al 100%, si bien, tenemos varios indicios que ante su presencia debemos estar alerta y sospechar que hay algún problema que está afectando a nuestro hijo o hija.
Lo más importante es estar atentos a los cambios en las rutinas o hábitos.
Si vemos que el niño se aísla o no se relaciona como antes lo solía hacer, empieza a manifestar enfermedades psicosomáticas como puede ser dolor de barriga o de cabeza, pone excusas para no ir al colegio, vemos que le cambia el carácter, en muchas ocasiones podemos ver que vuelve del colegio con material roto o perdido con más frecuencia de lo habitual, muestra una mirada huidiza, o cambia sus hábitos de ropa para cubrirse, debemos sospechar que algo le pasa. En otras ocasiones, los menores comienzan a autolesionarse o manifiestan mensajes llenos de desesperanza ante el futuro. Puede que no sea acoso, pero tiene algún problema que debemos poner en conocimiento de su tutor cuanto antes para comenzar a investigar entre todos, qué está pasando.
¿Cómo pueden actuar las instituciones educativas para poder enfrentar este tema?
Las instituciones educativas tienen a su disposición protocolos de detección y actuación, sin embargo, y como pudimos ver en el Congreso, los protocolos están fallando ya que en muchas ocasiones estos protocolos no detectan el 100% de los casos de acoso.
Además, sabemos que el acoso ya no es "solo" acoso, sino que se extiende a través del ciberacoso
Muchas comunidades no tienen protocolos específicos para tratarlo ni prevenirlo. Debemos seguir trabajando e investigando en este aspecto, dado que no podemos dar por firme un protocolo determinado, debemos ir actualizándolo y adaptarlo a la realidad de cada centro, que sea eficaz con el contexto sobre el que se debe aplicar.
Contar con personal docente encargado de trabajar la prevención de la violencia en todas sus formas y de sensibilización ante la violencia y la diversidad, gestión pacífica del conflicto, entrenamiento de habilidades sociales y de comunicación, son aspectos muy importantes que también ayudarían a la prevención. La ley de protección a la infancia y adolescencia acentúa esta figura a través del coordinador de bienestar, que si bien ya existía con otras denominaciones, ahora se le atribuyen muy claramente funciones de prevención y detección del acoso escolar y otros tipos de violencia. Pero esto requiere una formación específica y concreta.
¿Cómo se puede prevenir el acoso escolar?
A través de la formación del profesorado, la sensibilización social y programas de prevención fundamentalmente y a nivel social, dando visibilidad a través de campañas de información.