
Depreciar la divisa es el camino más rápido y sencillo para que los bienes y servicios producidos en un país sean más competitivos. Pero cuando la gran mayoría de los países toman este camino la medida pierde parte de su efectividad y todo puede acabar en una guerra de divisas como la que vive actualmente el mundo. Una guerra en la que lo que ganan unos lo pierden otros, un juego de suma de cero.
Tal y como señala el director de divisas de Bank of America, David Woo, la guerra de divisas mundial amenaza con ser un conflicto de asesinas silenciosas, las divisas.
Woo explica que varios países están inmersos en un conflicto, la depreciación de algunas divisas es el mero reflejo de los intentos de algunos bancos centrales por intentar estimular sus economías.
"Hay una teoría que cada vez cobra más fuerza, estamos viviendo una guerra de divisas oculta... La razón por la que llamamos guerra a estos movimientos de los bancos centrales es porque en última instancia esto es un juego de suma cero, las ganancias de unos países sólo se producen porque otros pierden", señala Woo en una carta a sus clientes.
Bancos centrales de Europa hasta Asía están interviniendo en el mercado de divisas para depreciar sus monedas y estimular de este modo las exportaciones por un lado, y encarecer las importaciones, estimulando a los consumidores locales a comprar los bienes y servicios producidos dentro del país.
Son muchos los bancos centrales que están intentando depreciar sus divisas. El primero en dar el paso fue la Reserva Federal hace ya casi cinco años. Ahora que EEUU ha detenido la maquinaria, el BCE ha tomado el relevo. Dinamarca, Suiza o Rumania, cuyas economías están muy ligadas a la Eurozona han tenido que tomar medidas también para evitar la apreciación de sus divisas. Por otro lado, Japón llevan inmerso en un proceso de expansión monetaria y depreciación de su divisa décadas.