
Como ya advirtió Ian Bremmer, presidente de Eurasia Group, las sanciones y represiones impuestas por occidente a Irán o Rusia provocarán que estos países den la espalda al dólar volcándose así al cobijo de otras divisas, como el yuan chino. Teherán parece ser el primero en tomar esta iniciativa y reemplazará la moneda estadounidense con otras divisas como el reminbi, la lira turca, el won surcoreano o el rublo ruso a la hora de entablar relaciones comerciales con otros países.
El subgobernador del Banco Central de Irán, Gholami Kamyab, ha informado ya de esta decisión admitiendo que, además, se permitirán acuerdos de intercambio de divisa (conocidos como swaps, en la jerga del sector) para permitir a sus socios comerciales intercambiar una divisa por el equivalente en otra moneda de las anteriormente mencionada.
Irán cuenta con el apoyo del Kremlin, especialmente después de que ambos países hayan rubricado un acuerdo para incrementar la construcción de reactores nucleares. Sin embargo, Rusia no sólo sufre el azote de las sanciones de occidente por su papel en el conflicto ucraniano sino que también se ha visto seriamente afectado por la caída del crudo. Estos factores provocaron que la agencia de calificación Standard & Poor´s rebajase la calificación del país hasta bono basura con perspectiva negativa.
Un hecho que llega en plena crisis financiera, con los expertos apuntando a que una quinta parte de las entidades bancarias rusas podrían morder el polvo en los próximos meses. A ello habría que sumar el desplome sufrido por su divisa, que tras la decisión de S&P tocaba nuevos mínimos históricos en su cruce con el dólar. La cotización oficial de la moneda rusa frente al dólar estadounidense marcó ayer nuevo mínimo histórico al ser fijada en 67,8153 rublos por billete verde. La paridad oficial del rublo frente a la moneda común europea se fijó en 76,2922 unidades por euro. Es por ello que los problemas se acumulan para el gobierno de Vladimir Putin, ya que en poco más un año la moneda rusa ha perdido más del 50 por ciento de su valor.
El pasado mes de agosto, Teherán y Moscú firmaron presuntamente un acuerdo de aproximadamente 20.000 millones de dólares a través del cual Irán facilitaría el acceso a crudo a Rusia a cambio de bienes, servicios y equipos. Por su parte, China, la segunda mayor economía del mundo, ha mostrado su interés por estrechar los lazos militares con Irán. En general, es cierto que durante los últimos meses, emergentes como Rusia, China e India, por nombrar algunos han estrechado sus relaciones comerciales, económicas, militares y energéticas.
Como ya ha reiterado Bremmer en más de una ocasión en lo que llevamos de año, los países del este asiático, liderados por China tienen un objetivo claro para buscar la diversificación de sus reservas y alejarse del dólar, cuyo valor sigue al alza debido al camino hacia la normalización monetaria que emprende ya la Reserva Federal. "China tiene el músculo y las intenciones suficientes para crear sus propias instituciones con otros emergentes, donde el dominio del dólar sea mucho menor y la emisión de deuda ignore a la divisa estadounidense, algo que podría jugar en detrimento de occidente a la hora de aplicar sanciones", señala el presidente y fundador de Eurasia Group.