
La resaca de la reunión de la Reserva Federal (Fed) reforzó la marcha del dólar por dos vías. Por un lado, propició la apreciación de la moneda norteamericana porque, al optar por la Operación Twist, no puso más dólares en circulación.
"No habrá más dólares en el mercado y el primero en reaccionar fue el cruce euro/dólar con fuertes revalorizaciones de la divisa estadounidense", certifica Miguel Paz, de Unicorp. Y por otro, porque el banco central estadounidense pintó un panorama nada halagüeño para la primera economía mundial, con lo que acentuó el desasosiego de los inversores, que corrieron de nuevo hacia los activos refugio.
Ambos elementos se abrazaron para transmitir nuevos bríos al dólar. El billete verde se revalorizó un 0,8% contra el euro, hasta los 1,347 dólares, con un máximo diario en los 1,338. Para hallar un dólar tan fuerte hay que remontarse hasta enero. Es más, ya está cerca de enjugar la caída que acumula contra el euro en 2011. Hasta la fecha, la moneda única aún se aprecia un 0,8% contra la estadounidense en lo que va de año.
Pero el dólar no sólo ganó valor contra el euro. Amparado en la condición de activo refugio que, pese a todo, aún posee -y más ahora que el franco suizo está intervenido-, el billete verde registró ganancias comprendidas entre el 0,5% que subió contra la corona danesa y el 2,6% que sumó contra el dólar neozelandés.
El yen también se crece
Sólo hubo una divisa que soportó el ritmo del dólar. Se trató del yen japonés, que fue capaz de firmar unas tablas con la moneda norteamericana, puesto que por ahora sigue siendo la otra gran moneda refugio del mercado. En efecto, se mantuvo en torno a los 76,5 yenes por dólar.
Lógicamente, sí subió contra el euro. Se revalorizó un 0,6 por ciento, hasta los 103,8 yenes, con un máximo diario en los 102,2. La moneda nipona no estaba tan fuerte frente a la europea desde 2001. Como, además, se mueve en zona de máximos históricos contra el dólar, la sombra de otra posible intervención del Banco de Japón para aplacar la escalada del yen continúa creciendo.