Divisas

A la búsqueda de nuevas monedas refugio

Con el franco suizo intervenido por las autoridades helvéticas y el yen japonés en niveles históricamente elevados, los inversores se devanan los sesos para tratar de intuir qué divisas podrán cogerles el relevo a la hora de actuar como guaridas. Por el momento, dos candidatas sobresalen por encima de las demás: la corona noruega y el dólar australiano.

Se buscan candidatos para representar el papel de monedas refugio. Apreciación garantizada. Razón: mercado de divisas. Un cartel así -imaginario, claro está, pero no por ello menos real- cuelga desde la semana pasada en el mercado de divisas.

Desde que el Banco de Suiza anunció el pasado 6 de septiembre que no iba a permitir que la divisa helvética se cambiara a menos de 1,20 francos suizos por euro, una sensación de orfandad, de vacío, impera entre los inversores. Porque en medio de la extrema incertidumbre de los últimos meses, alimentada por la crisis de la deuda soberana y la amenaza del retorno a la recesión, el franco había hecho honor a su condición de moneda refugio. Sólo otra divisa, el yen japonés, que también actúa como protección en los malos tiempos, seguía su estela alcista.

El panorama, sin embargo, ha cambiado. El franco está maniatado y Japón no está dispuesto a que el yen quede como moneda refugio en exclusiva, por lo que existe la sensación de que Tokio no dudará a la hora de intervenir en el mercado para frenar al yen si la situación lo requiere. En este contexto, la búsqueda de sustitutos está abierta. El asunto es que no abundan los candidatos. Con la economía aún bajo mínimos, ningún país quiere contar con una moneda fuerte que perjudique a sus exportaciones.

Argumentos a favor

En estas circunstancias, el mercado está explorando posibles vías. Y, por el momento, apunta hacia dos monedas: el dólar australiano y la corona noruega. Como asegura Juan Ramón Caridad, director general de Swiss &Global Iberia, comparten tres denominadores comunes que explican el motivo por el que los inversores están pensando en ellos: "Tienen una buena posición económica, son solventes y no hay muchas más divisas en las que poder detenerse".

"La economía noruega ha tenido éxito a la hora de evitar el deterioro que ha afectado a la mayoría de las principales economías. Noruega es un oasis de solvencia fiscal y estabilidad institucional y con un 10,5 por ciento de superávit público, su posición es envidiada por el resto de Europa", argumenta Ankita Dudani, de Royal Bank of Scotland, para mantenerse optimista con respecto a la evolución de la corona noruega en los próximos meses.

En el caso australiano, se ha beneficiado de la mayor fortaleza económica de sus vecinos asiáticos, con China a la cabeza.

Al mismo tiempo, ambas divisas cuentan a su favor con unos tipos de interés superiores a los vigentes en el resto de las principales potencias mundiales. Los de Noruega se encuentran en el 2,25 por ciento y los de Australia, en el 4,75 por ciento, cuando en Estados Unidos, por ejemplo, se sitúan entre el 0 y el 0,25 por ciento y en la zona euro, en el 1,5 por ciento.

Sobre estos cimientos, la corona noruega y el dólar aussie se sitúan entre las divisas más fuertes entre las principales del mundo en lo que va de año, aunque también han sufrido distintas sacudidas de volatilidad en 2011. Hasta la fecha, la corona se revaloriza un 1,2 por ciento contra el euro y del 4 por ciento contra el dólar estadounidense. Por su parte, el dólar australiano se aprecia un 1,5 por ciento contra el billete verde, pero cae un 1,6 por ciento contra el euro.

¿Aceptarán serlo?

Ahora bien, junto a los designios del mercado, algo tendrán que decir las autoridades de ambos países. Dicho de otro modo: falta por ver si Noruega y Australia aceptarán de buen grado la apreciación de sus respectivas divisas si los flujos de dinero salientes del franco suizo, sobre todo, buscan acomodo en la corona noruega o el dólar australiano.

Por el momento, ambos bancos centrales, en parte por la fortaleza de sus divisas -ambas han marcado máximos históricos o en varios años en los últimos meses (ver gráfico)- y en parte por una actitud precavida ante la ralentización de la economía mundial, han detenido el ciclo de subidas de los tipos de interés en una actitud de esperar y ver. En este sentido, aportará más pistas la reunión que el Banco de Noruega llevará a cabo el próximo miércoles, en la que se espera que mantenga los tipos de interés en el 2,25 por ciento.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky