
Los días pasan y el protagonista sigue siendo el mismo: la Fed. Es que tras la decepción causada el martes de recortar en 25 puntos básicos los tipos, ayer el mercado se volvió a sacudir tras el anuncio de un plan para inyectar liquidez en el sistema bancario para frenar la crisis de liquidez.
Nada más conocerse la noticia, los mercados se inundaron de optimismo y el apetito por el riesgo se apoderó de los inversores. El dólar, en tanto, perdía posiciones y el euro lograba apreciarse contra el yen y el franco suizo.
Otra que registró grandes recorridos fue la libra. Esta súbita reacción se debió al anuncio del Banco de Inglaterra de incrementar aún más las reservas a ser subastadas y respaldar los préstamos colaterales en un plazo de tres meses. Esto es una muy buena noticia para los inversores en el Reino Unido, lugar en que el sector de créditos y el sector inmobiliario vienen sufriendo mucho últimamente.
Pero como ya hemos visto antes, los estados de ánimo en los mercados financieros son ciclotímicos y a medida que la noticia era digerida, las preocupaciones volvían a rondar. Para algunos, las medidas llegan tarde y para otros no son suficientes.
El escepticismo de los inversores a las medidas de los bancos centrales, se ha reflejado en el estancamiento del euro en los 1,47 dólares. En estos momentos la divisa europea pierde un 0,41% de su valor y su cotización se sitúa en 1,4653 dólares (EURUSD) con una tendencia inmediata a la baja.
Mirando los gráficos por hora, la resistencia bajista se ubican en 1,4623 dólares (resistencia del canal bajista), 1.4500 (psicológico) 1.4300. Pero en estos momentos el precio actual está por debajo de las Medias Móviles de Exponenciales (MME) de 200 días, indicando que un cambio de tendencia es posible.
Las MME de 20 y 50 días se encuentran apenas por encima de la MME de 200 días. Esto hace que para posicionarse largo o corto, la relación riesgo-recompensa sea muy atractiva en el corto plazo.