La divisa norteamericana está rebotando desde su gran soporte a largo plazo. Durante los últimos 25 años, esta zona siempre ha provocado el inicio de una recuperación espectacular del billete verde.
Los traders internacionales suelen decir que el mercado de divisas es el que tiene mejor olfato para anticipar los cambios del consenso. Listillo como siempre, el dólar ha sabido adelantarse por una cabeza al resto de los mercados.
Los lectores de Bolságora recuerdan muy bien el mínimo que marcó el billete verde frente al euro –ocurrió durante los últimos días de abril- antes de rebotar con cierta fuerza, como si el dólar se hubiera anticipado al terremoto que estaba por llegar en los bonos norteamericanos. Pues bien, la pregunta ahora es si lo que hemos visto en los últimos días ha sido un ajuste del billete verde anticipándose al cambio de consenso sobre los tipos de la Fed, o bien las primeras vibraciones antes de un despegue alcista.
Visto desde Europa, puede que el euro sea el candidato perfecto para bajar (ver nuestro comentario de análisis técnico sobre la divisa europea). No obstante, la visión cambia drásticamente si nos vamos a extremo oriente y miramos al billete verde desde los 121 / 122 yenes. ¿Subir el dólar? Vale, pero ¿contra quién? Cualquier previsión alcista choca contra el consenso del mercado sobre el yen (alcista yen / bajista dólar a medio plazo después de tres años de debilidad de la divisa japonesa) y, por encima de todo, sobre el yuan chino (supuestamente alcista contra dólar en todos los plazos relevantes). ¡Vaya rompecabezas!
Le proponemos una visión más radical –e impactante– del billete verde. El gráfico abajo muestra el índice del dólar contra una media ponderada de todas las grandes divisas. Una subida del índice indica una subida del dólar. No es una sorpresa la subida reciente de la divisa hasta su máximo de los dos últimos meses. Lo que sí es una sorpresa es ver desde dónde ha rebotado el billete verde: nada menos que desde su gran soporte de largo plazo, que funciona como tal desde los años 80. Ahí empieza la historia interesante.
Cinco veces en los últimos 22 años, el dólar ha tocado o roto temporalmente este soporte. Y en esas cinco ocasiones, el billete verde utilizó dicha zona como trampolín para iniciar una recuperación espectacular. Los números nos dicen que subió una media del 17 % en los 24 meses siguientes (un 21% en el mejor caso, en los años 1995–1997, y un modesto 12% en el peor, en los años 2005-2006).
¿Se puede repetir la historia? No nos gusta mucho extrapolar sin tomar precauciones precedentes históricos . Pero hay que reconocer que la tentación es fuerte, no sólo por la pinta que tiene el gráfico de muy largo plazo, sino por los argumentos que podrían sostener una vuelta alcista del dólar: reequilibrio de la economía mundial y una mayor demanda externa en Estados Unidos; erosión del superávit estructural de la zona euro y de Japón; agotamiento del supercrecimiento chino tras las Olimpiadas; final del ajuste alcista de los rendimientos de los bonos en la zona dólar –o de la diferencia de tipos entre las zonas dólar y euro-, etc.
Tras el terremoto de los bonos, las divisas nos pueden traer la segunda gran sorpresa del año. Ya el índice del dólar nos manda señales alcistas. Si se confirman, tendremos una figura de vuelta sobre una zona históricamente clave. Y si fracasa en el intento, tampoco habrá que ignorar el mensaje, porque sabemos que el fallo de una vuelta en zona clave suele anunciar una perforación posterior de los soportes. Alcista o bajista, el dólar está en zona clave, tal como lo estuvo en los años 90, 92, 95 y 2004. ¡Cuidado!