Los “positivos” datos publicados el viernes pasado sobre el PIB preliminar del último trimestre de 2009, junto con los datos de actividad de la economía estadounidense favorecen los avances del dólar frente a una moneda europea, que continua noqueada por los problemas fiscales provenientes fundamentalmente de Grecia.
Pero analizando más detenidamente estos elementos nos damos cuenta que no es oro todo lo que reluce respecto al PIB y que los datos de actividad podrían ser difícilmente sostenibles, por lo que la justificación desde el punto de vista fundamental de los avances del dólar no son tan claros y harían mas referencia a la debilidad propia de la moneda europea.
Respecto a los datos de PIB preliminar del último trimestre de 2009, que mostraron un crecimiento por encima de las expectativas del 5.7%, habría que analizar que más del 65% del mismo se debe principalmente a la reposición de inventarios por la industria, como consecuencia de lo que podría ser, un importante incremento de las ventas derivado de la fuerte política expansiva puesta en funcionamiento por las autoridades monetarias en este país. De este modo, si no tenemos en cuenta la mencionada reposición de inventarios, nos quedaríamos con un crecimiento del 2.2% que contrastaría con la euforia desatada por la publicación del mencionado dato, replanteando las expectativas de recuperación. Esto genera, del mismo modo, dudas sobre el afianzamiento de la fortaleza iniciada por el dólar frente al euro a mediados de diciembre.
Respecto a los datos de actividad, enero fue un buen mes para el sector manufacturero con la aceleración de la actividad en los EE.UU., Reino Unido, Eurozona y Australia. En los EE.UU., un repunte en los pedidos de exportación, el empleo, entregas de los proveedores, la producción y los precios contribuyeron a que la actividad de fabricación se incrementase. Sin embargo, lo más impresionante es que el sector continúa su expansión a pesar de la apreciación del dólar de EE.UU. en diciembre. El repunte global de la actividad manufacturera ha estado, en gran medida, ligado a la expansión de la demanda de fabricación en China en el segundo semestre de 2009. Sin embargo, los signos de una desaceleración como consecuencia de una política monetaria más restrictiva por parte del gigante asiático, combinado con la fortaleza del dólar en enero, generan ciertas dudas acerca de la sostenibilidad de los avances en la industria manufacturera.
Por otro lado y en lo que se refiere a la debilidad propia del euro, en las últimas semanas se ha hablado mucho de los problemas existentes en la Comunidad Europea provocada principalmente por la inestabilidad de Grecia y de la difícil situación por la cual atraviesan otros países como Portugal o España. Sin restar importancia a los mismos, llama la atención, que se hable tanto de este asunto y no de los problemas que atraviesan más de la mitad de los estados de los Estados Unidos, en este sentido Grecia representa el entre el 2,5 - 3% del PBI de Europa y California, en una dificilísima situación, representa el 12% del PBI de los Estados Unidos
El dólar también se benefició de la revisión al alza de la Administración de Obama del PIB. La Casa Blanca espera ahora que la economía de EE.UU. crecerá un 2,7 por ciento en 2010, frente a su pronóstico anterior de 2 por ciento. Sin embargo, a pesar de la mejora en el crecimiento, la tasa de desempleo se espera un promedio de 10 por ciento este año.
Francisco López.
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