
Con los últimos impulsos alcistas de las bolsas, la aversión al riesgo de los inversores comienza a diluirse en el mercado por las esperanzas de que se podría acercar el momento en que la recesión global toque fondo. Una de las consecuencias es que el yen está perdiendo terreno y hoy ha marcado mínimos de seis meses frente al euro y el dólar.
Los operadores destacan que la recuperación de los activos de los mercados emergentes, impulsados por las iniciativas del G-20 para ayudar a los mercados en desarrollo, contribuía a aumentar el apetito de los inversores por las divisas con tipos de interés más altos como el dólar de Australia y el de Nueva Zelandia.
"Es posible que los inversores opten por el uso del yen para financiar inversiones en otras divisas y en otros activos", ha comentado Mitsuro Saito, economista jefe de Tokai Tokyo Securities. "Es posible que volvamos a ver operaciones de carry trade", añadió.
En las operaciones de carry trade, los inversores toman préstamos en monedas de tasas de interés bajas para invertir en activos o monedas de alto rendimiento.
Techos de seis meses
El dólar (USDJPY) ha subido hoy hasta los 101,24 yenes, su nivel más alto desde el 21 de octubre antes de volver a la cota de los 101,20 yenes, con un alza del 0,89% respecto al cierre neoyorquino.
El euro (EURJPY), por su parte, se aprecia hasta 137,05 yenes, su nivel más alto desde el 21 de octubre. En la sesión se ha movido entre este máximo y un mínimo de 133,36 yenes.
"Por lo pronto, el mercado puede continuar alcista hasta 138,60 yenes aunque no hay que olvidar que el impulso desde enero acaba de rebasar el retroceso de 38.2 (considerado el Fibo bajista desde Agosto 2008) y que en esa franja crítica se puede suceder un mercado lateral que siendo alcista choque con las resistencias marcadas en rosa hasta el 50.0 de Fibo y bajista, con los soportes del canal ya superado", comentan los analistas de X-Trade Brokers.
"Existe un sentimiento de que la incertidumbre está remitiendo, lo que está aumentando el apetito por el riesgo", indica Hideki Amikura, del Tokyo at Nomura Trust and Banking. "Esto significa que el yen caerá y que monedas como el euro o la libra probablemente se fortalezcan", prevé.