El director general de Anfabra, Josep Puxeu, analiza los esfuerzos del sector de refrescos en el desarrollo económico.
La industria de alimentación y bebidas es uno de los motores de la economía española. El que una revista dedicada a informar sobre ella, como es ésta de elEconomista, alcance su quinto aniversario es un motivo de celebración. Estos han sido también unos años importantes para nuestro sector, el de bebidas refrescantes, especialmente en lo económico, donde las empresas han hecho grandes esfuerzos por mantener las inversiones y apostar por la innovación para mantener la situación de mercado, y con ello favorecer la recuperación del consumo y de la economía en general.
Actualmente los indicadores son positivos y a ello se suman los buenos resultados del turismo. Volvemos a valores precrisis de la mano de la recuperación de la hostelería, vital para el consumo de refrescos y la evolución del sector. Todo el mundo consume bebidas refrescantes. La diversidad de productos es tan amplia como el tipo de consumidores y los momentos de consumo. Esto hace que esta industria tenga un importante peso económico y social.
La sociedad cambia y con ella lo hacen las empresas. El crecimiento sostenido, la protección del medio ambiente, el estilo de vida saludable y la actividad física, entre otras cosas, se han convertido en cuestiones fundamentales sobre las que es necesario trabajar desde la industria, las administraciones, los especialistas y la población. Las empresas de refrescos son un ejemplo de cómo responder a este nuevo contexto.
Nuestro sector ha hecho una firme apuesta por proteger el medio ambiente, lo que plasmamos en unos ambiciosos compromisos a 2020. Las importantes inversiones realizadas en maquinaria permiten reducir los consumos de energía y agua y las buenas prácticas implementadas por las empresas optimizan los recursos productivos y facilitan la gestión de residuos, entre otras cosas.
Llevamos años ofreciendo más refrescos light, sin calorías, como piden los consumidores. Además, entre los hitos de estos cinco años, está la reducción del azúcar por litro de refresco puesto en el mercado en casi un 20 por ciento. Todo ello unido a la promoción de un estilo de vida saludable, la información nutricional y el etiquetado claro, para que cada persona pueda tomar decisiones libres desde el conocimiento.
El reto que nos marcamos para los próximos años es seguir consolidando la recuperación económica y avanzar en todos estos compromisos sociales. Esperamos seguir contando con esta revista, elEconomista Alimentación, para explicarlo.