La cadena española, que había cerrado ya sus 160 tiendas de Pekín, ha retirado a la filial de Shanghái del perímetro de consolidación, "discontinuando la actividad".
Dia pone fin a su aventura en China al no poder hacer frente a la fuerte penetración del comercio online. La cadena de supermercados, que se vio obligada ya a cerrar en 2013 las 160 tiendas que llegó a tener en Pekín y liquidar su filial, prepara ahora su salida de Shanghai, la única ciudad donde mantenía aún presencia. La decisión ahora está en saber si se cerrarán las tiendas o, por el contrario, se intentarán vender o buscar un socio inversor, algo complicado teniendo en cuenta que la mayoría son tiendas franquiciadas.
La empresa que dirige Ricardo Currás conserva en esta ciudad 379 supermercados, la gran mayoría de ellos franquiciados, pero los números nunca han llegado a cuadrar. Dia confirmó ayer que se "ha abierto un proceso para explorar alternativas estratégicas en su negocio en China", aunque, de momento, ha decidido ya "discontinuar la actividad" y sacar a la filial del perímetro de consolidación.
Al cierre del último ejercicio Dia había registrado un agujero contable de 45,4 millones en el gigante asiático, tal y como adelantó elEconomista el pasado 30 de marzo. En concreto, Dia tiene dos filiales en China: Shangahi Dia Retail, la sociedad encargada de la gestión de la red, y Dia Tian Tian Management Consulting Services, una consultora. Y el problema es que a 31 de diciembre de 2016 la primera tenía unos fondos propios negativos de 43,1 millones y la segunda, de 2,32 millones de euros.
Deterioro
En su último informe anual de cuentas, la empresa asegura que "durante el ejercicio 2016 se ha dotado una provisión por deterioro en la participación de cartera de la filial en Shanghai por 20,6 millones (14,9 millones de euros en 2015)" debido a una revaluación de sus proyecciones y su situación económica.
La deuda neta subió a 1.050 millones, desde los 878 millones a cierre de 2016, mientras que el beneficio neto ajustado cayó un 6,5 por ciento, hasta 39 millones debido a los mayores gastos financieros en Argentina y Brasil. La empresa asegura que es habitual el mayor apalancamiento financiero en el primer trimestre, pero los analistas discrepan. "La deuda neta ha decepcionado ligeramente ya que el incremento frente al cierre de 2016 fue de 183 millones, que se compara con una media de incremento en los últimos cinco años de 140 millones en el primer trimestre", aseguraron analistas de BPI consultados por Reuters. Las ventas netas subieron un 6,2 por ciento, hasta 2.096 millones.