La cara y la cruz del 'brexit' para el vino español

El deterioro de la libra frenaría nuestras ventas en Reino Unido, pero si éste pasa a ser país tercero podríamos usar ayudas de la UE para la promoción.

Desde que el pasado junio los británicos votaron a favor de abandonar la Unión Europea mucho se ha especulado sobre cómo esa decisión afectaría al Viejo Continente, a sus ciudadanos, a su economía y a sus distintas industrias. Aunque aún es pronto para calcular los efectos de esa escisión, algunos sectores de nuestra economía, incluido el del vino, ya han empezado a echar números y a contemplar distintos escenarios en los que, de eso no hay duda, las reglas del juego no serán las mismas que ahora.

Sin embargo, ese nuevo tablón sobre el que se jugará la partida del comercio entre Reino Unido y Unión Europea cuenta con un posible comodín que estaría de nuestra parte. Y es que la salida del Reino Unido de la UE le convertiría en un país tercero y, como tal, las actividades promocionales que en él se realizasen -también las de nuestros caldos- podrían beneficiarse de las ayudas europeas para la promoción en países terceros.

Así es como se desprende de un informe del Observatorio Español del Mercado del Vino (OEMV) que también analiza los posibles contras del Brexit para nuestros vinos en el Reino Unido. Un país que es el segundo destino mundial para el vino español y el primero para el vino español con denominación de origen.

Entre esos contras, el documento identifica tres efectos negativo que podrían derivarse de esa escisión: de carácter monetario, comerciales y/o económicos y fiscales.

Depreciación de la libra y caída del consumo

Los primeros tendrían que ver con una posible depreciación de la libra esterlina frente al euro y al dólar. Algo que, a juicio del Observatorio, perjudicaría a los británicos, a quienes les costaría más caro comprar productos extranjeros, como nuestros vinos. De ahí que el consumo de nuestros caldos podría disminuir. El único consuelo es que la caída de las ventas de vinos afectaría previsiblemente a los vinos de otros países, y muy especialmente a los del hemisferio sur.

En su análisis de los efectos comerciales, y ante todo lo que se ha dicho sobre la posibilidad de que Reino Unido y la Unión Europea tengan que volver a trabajar con aranceles, el documento del Observatorio concluye que ?no parece probable que un país tradicionalmente librecambista como Reino Unido y muy necesitado de materias primas y todo tipo de alimentos de fuera tenga tentaciones de imponer nuevas trabas comerciales?.

Algo que a su juicio tampoco es probable para el sector del vino. ?Ni la protección de sus productos locales ha sido la causa del Brexit, ni la historia nos lleva a pensar que eso pudiera ocurrir. No anticipamos, pues, ni nuevos aranceles, ni trabas no arancelarias a los productos europeos; bien al contrario, en el interés de las autoridades británicas que negocien más sosegados y fríos la salida, debe estar mantener el máximo del libre comercio existente con la UE. Ni siquiera como posible represalia a potenciales trabas europeas a los productos británicos tampoco previsibles entendemos que podrían darse estos nuevos problemas?, reza el documento.

Distinta es, sin embargo, la posición del Observatorio al analizar los posibles efectos económicos y fiscales del Brexit para el vino español. Unos efectos que a su juicio podrían incidir sobre la capacidad de consumo de los británicos ya que los efectos fiscales podrían encarecer ciertos productos.

Es más, el exprimer ministro británico David Cameron, como muchos otros partidarios del remain, ya anunció que la salida tendría un importante coste económico sobre Reino Unido y sus ciudadanos; los empobrecerá y saldrá caro. Y ese empobrecimiento relativo -posible pérdida de empleos, menor crecimiento económico, salida de algunas empresas, etc.- puede derivar en menor consumo por parte de los ciudadanos británicos y una mayor presión en el retail sobre los precios, reforzando la tendencia ya existente hacia productos más económicos y más descuentos.

Además, las propias autoridades británicas también anunciaron que la posible salida de Reino Unido de la UE podría obligar a subir los impuestos para hacer frente al coste que supondría tal salida.

En caso de plantearse una subida de impuestos, el Observatorio recalca que hay papeletas para que le pudiera tocar a las bebidas en general y, en su caso, al vino.

Aunque esos efectos pondrían en una situación muy complicada al vino español en general, serían especialmente los vinos con denominación de origen los que más sufrirían.

Y es que, según los datos del Observatorio Español del Mercado del Vino, las exportaciones de vino desde España a Reino Unido se componen básicamente de vinos envasados con denominación de origen protegida -58 por ciento del valor y 42 por ciento del volumen-, junto a cavas y espumosos -16 y 14 por ciento, respectivamente- y vinos de licor -9,15 y 7,1 por ciento, respectivamente-. Esas tres categorías sumaron el 83 por ciento del valor de lo exportado y el 65 del volumen.

En 2015, España exportó 159,3 millones de litros de vino a Reino Unido en 2015 (0,1 por ciento más) por valor de 343 millones de euros (0,5 por ciento más). Fue el quinto destino mundial en volumen, pero el segundo en valor al registrar un precio medio de 2,15 euros por litro, el doble que la media. Junto a mostos y vinagres, el total de las exportaciones a Reino Unido fue de 178 millones de litros por valor de 356 millones de euros. La Rioja fue la Comunidad que más facturó seguida de Cataluña y País Vasco.

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