Son responsables del 92 por ciento de las exportaciones del sector del gran consumo y contribuyen cinco veces más al erario público que las también llamadas marcas de distribución.
La inversión en innovación y desarrollo en el sector del gran consumo no pasa ni mucho menos por su mejor momento. Desde el año 2008, la inversión consagrada a esa partida ha caído un 37 por ciento, lo que equivale a 133 millones de euros menos. Una caída que podría haber sido incluso mayor sin las marcas de fabricante. Unas marcas que son responsables del 75 por ciento de las inversiones destinadas a la innovación en los segmentos de alimentación, bebidas, droguería y perfumería, es decir, tres veces más que sus rivales, las marcas blancas.
Además de frenar la caída de la inversión en I+D, las marcas de fabricante han sido las principales protagonistas de las exportaciones del gran consumo en los últimos años. Desde el inicio de la crisis económica en nuestro país, esas marcas han conseguido vender fuera de España un 41 por ciento más y ya son las responsables del 92 por ciento de las exportaciones de todo el sector, según se extrae de los datos del estudio Impacto económico y social de las marcas de fabricante de Esade Brand Institute.
Otra de las conclusiones de ese informe es que las marcas de fabricante contribuyen con más de 9.000 millones de euros a las arcas públicas, lo que supone el 5,7 por ciento del total tributado y cinco veces más de lo que tributan las marcas de distribución.
Menos empleos y menos recaudación
En el capítulo del empleo, las marcas de fabricante también alcanzan una mejor nota que las blancas. Mientras las primeras suponen más de un millón de puestos de trabajo en nuestro país, el 5,5 por ciento a nivel nacional, las segundas generan una tercera parte de esa cantidad, 300.000 empleos.
Una cifra que no compensa -advierte el informe- la pérdida de las marcas de distribución, ya que desde 2008 en España se han perdido 53.600 empleos netos en el gran consumo, pese al ligero repunte que se observa desde el año 2011.
No es la única nota negativa. El trasvase desde la marca de fabricante a la marca de distribución desde 2008 supuso una reducción del valor añadido económico de 1.803 millones de euros hasta 2014.
De hecho, consecuencia directa de la destrucción de ese valor es la disminución en la contribución en impuestos al Estado de manera directa e indirecta por parte de las marcas de fabricante. Eso ha provocado que la Administración haya dejado de ingresar 967 millones de euros en los últimos tres años, según las cifras del informe.
Es más, si la industria del gran consumo ha mantenido el tipo y su competitividad es porque las marcas de fabricante han tirado de las exportaciones. Éstas suponen ya un 2,5 por ciento del Producto Interior Bruto (0,4 por ciento más que en 2011) y uno de cada nueve bienes exportados por España. Por áreas, las exportaciones del sector de alimentación y bebidas han superado un valor de 24.000 millones de euros, experimentando un incremento del 19 por ciento respecto a 2011.
Asimismo, el valor de las exportaciones del sector droguería y perfumería se elevó a 3.650 millones de euros de 2011 a 2014, un 22,3 por ciento más.
De hecho, en los últimos años el crecimiento de las exportaciones de las marcas de fabricante ha sido constante, aumentando en casi 6.000 millones de euros entre los años 2010 y 2014, llegando a alcanzar el 92 por ciento de las exportaciones del sector y un 10,9 por ciento del total exportado por España, siendo los vinos y los productos cárnicos los productos que encabezan las ventas de la industria de gran consumo fuera de nuestro país.
Ante este telón de fondo, Ignacio Larracoechea, presidente de Promarca, insiste en que ?las marcas de fabricante del gran consumo -que generan un 7,4 por ciento del PIB-, son esenciales para España; representan la inmensa mayoría del empleo, del pago de los impuestos, de la inversión en I+D y de las exportaciones del sector?. Sin embargo, no es oro todo lo que reluce.
Desigualdad de condiciones
Larracoechea lamenta que el sector -el primero industrial de España- haya sufrido una destrucción de valor en el mercado nacional debido principalmente a -según matiza- ?unas condiciones y prácticas que impiden a las marcas de fabricante competir plenamente?. De ahí que abogue por ?erradicar dichas prácticas anticompetitivas, especialmente aquéllas que dificultan el acceso a la innovación, única palanca que permite a las empresas crear valor añadido, desarrollo y crecimiento?.
En esta línea, el presidente de Promarca afirmó que esas prácticas son ejecutadas por algunas cadenas de distribución que operan en España y se niegan a referenciar las innovaciones del gran consumo, evitando así que los nuevos productos puedan hacer sombra a algunos de sus propias marcas.
Aunque según sus datos, la marca de distribución ha frenado su crecimiento, España es el país de Europa donde mayor cuota de mercado tienen las marcas blancas. Y eso se traduce -según matiza- en menos empleo, menos innovación y menos bienestar para los españoles.