Dos décadas después de empezar a operar en el mercado español, la empresa de alimentación Berlys -especializada en pan precocido y productos congelados de panadería, bollería y pastelería- sirve más de 300 productos distintos a más de 20.000 clientes en España a diario.
Con estas cifras, se ha posicionado como el segundo operador en el mercado nacional de las masas congeladas, con una cuota de mercado superior al 18 por ciento. Con una estructura vertical que aglutina producción, distribución y comercialización, cuatro categorías de productos -pan, bollería, pastelería y snacks salados- y distintos canales de venta -tiendas propias, franquicias, distribuidores, grandes cuentas y exportaciones- Berlys ha sorteado la crisis, ajustando personal y precios, y ya alcanza una cifra de negocios de 225 millones de euros, que supone un aumento de las ventas del 2 por ciento en términos de valor y del 4 por ciento en términos de volumen, respecto a un año antes. Algo que según ha explicado a elEconomista Alimentación Carlos Redondo, director general corporativo de Berlys, ha sido posible gracias a la apuesta por la diversificación de la compañía.
¿Cómo ha reaccionado Berlys ante la crisis de los últimos años?
La hemos aguantado bien; a nosotros la crisis nos ha respetado. Quizá la razón es que el nuestro es un negocio más bien anticíclico, aunque creo que nuestra fortaleza ha estado en nuestra diversificación. Si nos hubiéramos fijado sólo en el pan o sólo en las grandes cuentas -Berlys es proveedor de cadenas hoteleras y de distribución- posiblemente hubiéramos sufrido más. Sin embargo, hemos sido capaces de balancear los riesgos, y al tener integrado el negocio desde la producción hasta la venta también hemos podido controlar nuestros costes de una forma mucho más eficiente.
¿Desde cuándo apuesta la compañía por esa diversificación y esa verticalidad en su estructura?
Desde siempre, desde su origen. La empresa, que tiene sus orígenes en Pamplona, empezó con el fresco pero pronto se dedicó también a la masa congelada; al principio había muchas tiendas, pero pronto se desplegó toda su red de delegaciones y donde no se llegaba con la delegación, se llegó con distribuidores. La diversificación ha sido siempre una característica de la compañía que se ha ido desarrollando y dando buenos resultados.
¿Dónde y cómo vende sus productos Berlys?
Con las delegaciones llegamos a los puntos tradicionales de venta, a las panaderías de barrio, a los restaurantes, a las pastelerías? lo más capilar; con las grandes cuentas llegamos a las grandes superficies y las cadenas hoteleras. Además vendemos en nuestras tiendas, donde primero hacíamos nosotros la inversión y ahora la hacen inversores externos gracias a nuestra red de franquicias, a las que suministramos nuestros productos, y en más de una veintena de países a los que exportamos.
¿Qué balance hacen de 2015 con esa estructura y esa diversificación?
Desde el punto de vista de las ventas, si hablamos en términos de valor, en 2015 habremos crecido un 2 por ciento y un 4 por ciento en términos de volumen. Estas cifras van en línea con lo que está haciendo el mercado, incluso un poquito más, porque estamos aprovechando del tirón de la bollería. Nuestra cifra de negocio está en torno a los 225 millones de euros, que representa un 2 por ciento de crecimiento, pese a la caída de precios. En términos de Ebitda -rentabilidad- vamos a crecer por encima de dos dígitos, a pesar de la competencia que hay en términos de márgenes y de precios.
¿Qué auguran para su sector de actividad?
El nuestro es un mercado maduro, pero creo que va a crecer, sobre todo en la parte de las masas congeladas. Todavía el consumo del pan fresco sigue siendo mayor, pero ya está retrocediendo. El futuro es la masa congelada por un tema de costes y de precios, y porque la crisis ha hecho que el consumidor se haya acostumbrado a pagar lo justito por una barra de pan. Además, ya es difícil encontrar la diferencia entre producto fresco y congelado.
¿Están preparados para ese futuro?
Claro. Nuestro core business es la masa congelada. Y es por ahí por donde va nuestro desarrollo de negocio. Mantenemos el fresco, pero en el momento en el que la rentabilidad se localice en la masa congelada cambiaremos. Nuestra apuesta al 100 por ciento es masa congelada. Que el obrador esté continuamente funcionando ya no es rentable.
¿Qué radiografía hace Berlys de su sector? ¿Hay hueco para más competidores?
Lógicamente si el mercado no crece, los mismos competidores tienen que repartirse una tarta que cada vez es más pequeña, por lo que hay que ser imaginativo para mantener las ventas y la rentabilidad. A día de hoy lo que hay son muchos codazos entre los que quieren sobrevivir. Creo que a alguno la crisis le ha pillado con el pie cambiado y no todo el mundo ha sido capaz de diversificar. Cuando el mercado crece, todos lo hacen bien. Cuando el mercado cae? la cosa cambia.
¿En qué les han afectado a ustedes esos cambios?
Nosotros nos hemos ajustado y acomodado a la evolución del mercado. Lo que ocurre es que como el pan tiene más problemas de precio porque tiene más competencia, nos hemos podido refugiar en otras divisiones como la bollería. Hemos sido capaces de mantener cuota y de ser más rentables, con crecimientos suaves, pero con crecimientos en rentabilidad del 16 al 19 por ciento. Nuestra obsesión no es crecer en ventas como les ocurre a algunos de nuestros competidores.
¿Cómo se consigue crecer en valor y en volumen cuando la competencia es cada vez más fuerte en su sector?
Siendo más eficientes. Estamos en un sector en el que hay margen de mejora por la profesionalización y la gestión. Nosotros hemos sufrido como todos los competidores variaciones del precio, pero hemos sido capaces de encontrar nuestros nicho de eficiencia, tanto en las materias primas, como en la parte de los costes de producción y operativos, por ejemplo en nuestras fábricas, con nuestro personal -haciendo un adelgazamiento no traumático-. Eso se hace gestionando, gestionando y gestionando. No hay otra receta. Se trata de arremangarse y negociar toda la compra de la materia prima. Podemos decir que somos la empresa más rentable del sector, con unos niveles de rentabilidad -ebitda sobre ventas- del 19 por ciento.
¿Qué baza juega la tecnología en esa eficiencia? ¿Influye?
Por supuesto. Automatizando los procesos de nuestras líneas de producción e innovando.
¿Cuál es su apuesta por la innovación?
En nuestro plan de negocio tenemos previsto invertir 55 millones de euros en tres años, tomando como punto de partida 2015. El mayor esfuerzo se está haciendo ahora, creando una nueva línea de producción y reconvirtiendo otra. Estamos invirtiendo 14 millones en las nuevas líneas y otros 14 millones en otros aspectos de la producción.
¿Está prevista la apertura de alguna fábrica nueva en esa inversión?
No, con las diez fábricas que tenemos cubrimos todo el territorio; lo que estamos es reconvirtiendo nuestros emplazamientos para sacar nuevos productos. El mercado absorbe una cantidad de nuevos productos y es ahí donde tenemos que fijar nuestra atención.
¿Cómo adaptan su innovación a los gustos del consumidor?
En términos de panadería, los gustos están derivando hacia panes más rústicos, enriquecidos, que aporten salud, que permitan cuestiones de funcionalidad, que cuiden la sal. Los productos vinculados al gluten están también muy de moda. La innovación en la pata de la bollería está bastante estancada y es más lateral. Se innova en sabores, en masas, en formatos?, pero luego te encuentras con el consumidor al que no siempre le gustan. Por ejemplo, el consumidor español es muy amante del chocolate. Por eso muchos intentos que hacemos con nuevos sabores se quedan en intentos.
¿Cuáles son los desafíos de Berlys para 2016?
Seguir haciendo inversiones en nuestras nuevas líneas para lanzar nuevos productos y captar nuevos clientes en el mercado nacional. En términos de ventas queremos crecer un 6 por ciento en estos tres años, y en términos de rentabilidad, un 8 por ciento. Queremos crecer en delegaciones y en distribuidores. Nuestro objetivo es adecuarnos a las tendencias del mercado, por eso estamos centrándonos mucho en el canal horeca, donde está muy de moda presentar al cliente una bandeja con distintos tipos de panes.
¿Cuál es el plan para las franquicias?
El plan es abrir unas 40 este año. La mitad norte de la Península es la que más nos interesa. Ahora estamos focalizados en Vizcaya, estamos abriendo en Burgos...
¿Dónde se quedan los planes fuera de España?
Las inversiones internacionales no las tenemos contempladas en el plan estratégico. Otra cosa es la exportación. Esa es una pata que representa el 6 por ciento de nuestras ventas y es un canal que nos ayuda, pero no es un objetivo.