En la última década -marcada por la crisis económica y financiera española e internacional- la cuantía de las ventas de este sector más allá de nuestras fronteras se ha duplicado. Francia es nuestro principal cliente dentro de la Unión Europea. Estados Unidos y China, lo son fuera.
El sector agroalimentario español crece con fuerza en los mercados internacionales. Según los datos que maneja el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), este año podrían volver a batirse todos los récords después de que las ventas en el exterior crecieran entre octubre de 2014 y septiembre de 2015 un 7,8 por ciento, hasta un total de 39.547 millones de euros.
Si se cumplen las previsiones, y a falta de conocer los datos oficiales del último trimestre del pasado ejercicio, en 2015 se podría haber superado la cifra más alta lograda hasta ahora -los 40.829 millones de euros que se facturaron el pasado año- teniendo en cuenta, sobre todo, que hay una gran parte de las ventas que se materializan al final del ejercicio.
Las anteriores son cifras especialmente significativas porque hay que tener en cuenta que hace tan sólo una década, en 2005, el volumen de las exportaciones alimentarias españolas era de únicamente de 22.777 millones. Es decir que la cuantía de las ventas agroalimentarias más allá de nuestras fronteras se ha duplicado casi durante la crisis económica.
De acuerdo con las cifras del Magrama, todos los sectores han crecido hasta el pasado septiembre, salvo el de los aceites que registra un ligero descenso del 0,5 por ciento. Destaca, en cambio, el fuerte incremento de las exportaciones de las frutas, con un crecimiento del 17,7 por ciento; de los pescados, con un 13,4 por ciento más; y de las hortalizas, con un aumento de las ventas del 12,6 por ciento.
Las importaciones también crecen en el año móvil entre octubre de 2014 y septiembre de 2015, pero al hacerlo en menor proporción -un 7,2 por ciento, hasta 28.826 millones de euros-, la balanza comercial mejora un 9,4 por ciento y alcanza un saldo positivo de 10.721 millones de euros. En conjunto, la industria agroalimentaria española representa ya el 16 por ciento de todas las ventas de España en el exterior, lo que supone una alta contribución a la balanza comercial, a pesar de que esta sigue siendo negativa, con un saldo en rojo hasta septiembre de 24.259 millones de euros.
La industria también crece
Si se analizan únicamente los datos de la industria y de los productos, por lo tanto, transformados, el crecimiento es algo menor, aunque también significativo. En el año móvil hasta septiembre del año pasado, el volumen de las ventas internacionales se elevó a 22.383 millones, un 4,9 por ciento más. En este caso, el saldo comercial también es positivo, con 7.970 millones de euros, lo que representa un crecimiento del 6,8 por ciento.
Por países, de acuerdo con el último informe del Ministerio de Agricultura y Alimentación, destaca en el último mes de septiembre el aumento de las exportaciones a Francia, debido principalmente al incremento de las exportaciones de embutidos, que crecen un 200 por ciento; las frutas de hueso, que han vendido un 14 por ciento más; y el aceite de oliva, con un aumento de las exportaciones del 9 por ciento.
Francia, a la cabeza
El mercado francés se consolida así como el principal destino de nuestro alimentos, con una cuota del 24,7 por ciento, por delante de Portugal, que aunque nos sigue comprando el 15,7 por ciento de todo lo que vendemos fuera, se está ralentizando. En septiembre de 2015, de hecho, los portugueses nos compraron un 8,3 por ciento menos respecto al mismo mes de 2014. Por ranking de importancia, actualmente destaca en tercer lugar Italia, seguida de Alemania, que ocupa la cuarta plaza, y Reino Unido, que es quinto.
El Magrama señala en este sentido un fuerte aumento de algunos productos en el mercado alemán -los frutos secos han vendido un 96 por ciento más y las frutas de hueso un 47 por ciento- y el británico, donde los frutos secos han aumento sus exportaciones un 66 por ciento, los preparados alimenticios un 56 por ciento y el aceite de oliva un 29 por ciento.
Fuera de la Unión Europea, nuestro mayor mercado sigue siendo Estados Unidos, con una cuota del 15,4 por ciento, seguido de China, que registra un crecimiento espectacular -la carne de porcino española ha aumentado sus ventas en este país un 176 por ciento, el aceite de oliva un 88 por ciento y el vino un 82 por ciento- y que podría convertirse en breve en el principal destino de nuestros alimentos. A mayor distancia ya figuran Japón, México y Emirados Árabes Unidos.
Dentro de la Unión Europea, Francia es también nuestro principal socio comercial, acaparando más de una cuarta parte de nuestras importaciones agroalimentarias, lo que le sitúa muy por delante de Alemania, Holanda, Portugal o Italia, que son los otros países a los que más recurrimos para hacer nuestras compras. En el exterior, el ranking por importaciones a España lo encabezan Brasil, Argentina y Estados Unidos.
Por productos, de acuerdo con el último informe sobre el comercio exterior publicado por el Magrama, sigue destacando como primer exportador la industria cárnica de porcino, seguida del vino y del aceite de oliva. En los nueve primeros meses del año el sector cárnico aumentó sus exportaciones un 8,2 por ciento, llegando hasta 3.368 millones de euros. En la misma línea también, las hortalizas y legumbres crecieron un 12,6 por ciento, hasta 3.873 millones -las exportaciones en este caso están muy localizadas en la Unión Europea- y las frutas un 17,7 por ciento.
En cambio, entre los productos más importados destacan el trigo, el resto de aceites vegetales y los camarones y langostinos.
Según apuntan todos los expertos, uno de los grandes problemas a los que se enfrenta sin embargo la industria agroalimentaria española es el bajo precio de sus productos y el exceso de la venta a granel. En el sector cárnico, por ejemplo, el precio de exportación ha bajado en septiembre de los 2,13 euros por kilo que se pagaban hace un año a 1,92 euros.
La buena noticia es que la situación ha mejorado, en cambio, en otros de los principales mercados agrolimentarios. Así, por ejemplo, el precio del vino, que sigue estando por detrás de nuestros competidores, ha repuntado un 8,6 por ciento, hasta 1,14 euros/kilo. El aceite ha subido un 74,9 por ciento.