El grupo, dueño de Ferrero Rocher y los huevos Kinder, planea entrar en nuevos países de Oriente Próximo y Asia tras abrir una nueva fábrica en China, y lanzar nuevos productos, también en España.
Setenta años después de iniciar su actividad en una discreta y pequeña pastelería del Piamonte italiano -en la localidad de Alba-, el Grupo Ferrero ha entrado en el podio mundial del chocolate. La compra que en los últimos meses ha hecho de la británica Thorntons ha contribuido a que este gigante se convirtiera en un coloso aún mayor, siendo ya el tercer grupo mundial del cacao, sólo por detrás de Mars y Mondelez.
Un grupo, dueño de los famosos bombones Ferrero Rocher, de la Nutella y de los huevos Kinder, entre muchos otros productos, que acaba de inaugurar una nueva fábrica en China, en la que ha invertido 300 millones de dólares y en la que se apoyará para llevar al continente asiático sus delicias en miniatura, como las califica Francesco Paolo Fulci, vicepresidente del grupo.
"Hay muchos lugares en los que Ferrero tiene mucho por hacer y por descubrir, sobre todo en los países de Oriente Próximo, Asia y África. Y lo mejor es que cada vez que llegamos a un nuevo lugar vemos que tenemos un éxito fulgurante", sostiene el que fuera la mano derecha en lo personal y en lo profesional del fallecido Michelle Ferrero.
Además de su desembarco en nuevos mercados, el Grupo Ferrero planea el lanzamiento de nuevos productos, también en España, donde este año celebra su vigésimo séptimo cumpleaños. Un año en el que este gigante del chocolate ha entrado en el segmento de los caramelos en nuestro país con sus Tic Tac y en el que, antes de que acabe, pretende lanzar dos productos más: el Nutella B-Ready, un tipo de galleta con Nutella, y con motivo del 25 aniversario de Ferrero Rocher la colección de bombones Gran Ferrero Rocher como icono de estas bodas de plata.
Productos con los que Ferrero podría volver a incrementar sus ventas en España el próximo ejercicio. Según las cifras de la compañía, Ferrero Ibérica -que engloba el mercado de España y Portugal- cerró su año comercial-septiembre 2014-agosto 2015- con una facturación próxima a los 200 millones de euros y unas 15.000 toneladas de productos vendidos, lo que supone un crecimiento del 8 por ciento en valor y del 2 por ciento en volumen respecto al anterior año comercial.
Por categorías de productos, los bombones -Ferrero Rocher, Mon Chéri, Ferrero Golden Gallery, Raffaello y Prestige- siguen siendo los que más tiran de esas ventas, tanto dentro como fuera de nuestro país. De hecho, la compañía sostiene que esta es la categoría que ha impulsado el crecimiento de Ferrero Ibérica en España, con una mejora de sus ventas del 10 por ciento en valor y del 15 por ciento en volumen.
Eso sí, no todas sus marcas de bombones por igual, sino una muy en particular: la de Ferrero Rocher, aquella que hizo tan famosa la no menos famosa Isabel Preysler y el mayordomo Ambrosio. Ferrero Rocher es el segundo producto más vendido de la compañía en España, por detrás de Nutella, una crema de cacao que un año más ha revalidado su liderazgo en el mercado de las cremas de untar monocolor, con un crecimiento del 3,15 por ciento en valor en el último ejercicio.
Entre los bombones, esa crema y los huevos Kinder, Ferrero ostenta la tercera posición en el mercado español del chocolate confectionary, con una cuota de mercado del 16 por ciento en valor y del 7 por ciento en volumen. España es para Ferrero el octavo mercado mundial.
Un mercado al que la compañía aprovisiona especialmente desde la fábrica que tiene en Alba, donde hace setenta años empezó a escribir su historia.
Una fábrica desde la que sale el 100 por ciento de los Kinder Bueno y Kinder Sorpresa o el 90 por ciento de los Ferrero Rocher y Kinder Chocolate que se consumen en España. No es para menos.
Esa fábrica -con una planta de 340.000 metros cuadrados, lo que equivale a 50 campos de fútbol- tiene una producción de 200.000 toneladas al año y cuenta con más de 4.500 empleados en plantilla. En ella se consumen diariamente 500 toneladas de azúcar, 200 toneladas de cacao, 150 toneladas de leche y 125 toneladas de azúcar.
Además, esa planta cuenta con su propia central de cogeneración, que asegura el consumo de energía a la fábrica y a la totalidad de la ciudad de Alba, donde la plaza principal lleva el nombre y rinde homenaje a Michelle Ferrero.
Dividida en nueve unidades de producción, cada una de las cuales está especializada en una categoría de producto, la fábrica de Alba cuenta con un área reservada a la creación de nuevos productos. Ese área recibe el nombre de Soremartec y su misión es estudiar y diseñar nuevos productos que sigan la filosofía de Ferrero: "Originales, que puedan crear nichos de mercado con ingredientes exclusivos utilizando complejos procesos de producción tecnológica", subraya la compañía.
Desde Ferrero también sostienen que el grupo ejecuta anualmente más de 400.000 pruebas, con una media mensual de 33.900 test realizados por un equipo de 1.700 degustadores. "Ser una empresa familiar y no cotizar en bolsa nos permite avanzar a nuestro ritmo y no al que nos hubiesen podido pedir los accionistas; ser una empresa familiar nos da la libertad de invertir nuestro dinero en el desarrollo de nuevos productos", matiza Francesco Paolo Fulci, quien recuerda emocionado al antiguo presidente del grupo al decir que "Michelle Ferrero nos ha dejado como legado centenares de productos en el cajón para que nosotros los podamos desarrollar".
Además de desarrollar nuevos productos, Fulci -al que internamente en la empresa se le conoce como el embajador, ambasciatore, por el cargo que desempeñó como representante de Italia en Naciones Unidas y en Canadá, entre otros destinos- también sostiene que gracias a ser una empresa familiar Ferrero ha podido poner en marcha acciones sociales. "El futuro del grupo es un futuro de crecimiento y desarrollo, pero también de gran sensibilidad hacia los temas sociales. Michelle Ferrero apostó por la responsabilidad social corporativa antes de que se inventara el término", dice Fulci.
"Michelle Ferrero era un hombre de una inteligencia extraordinaria, que miraba a los ojos a la gente y tenía un paladar único que sabía elegir muy bien los sabores; era un hombre al que paraban por la calle y lo llamaba Michellino por la cercanía que tenía con la gente. En 70 años, desde que existe la empresa, nunca ha habido una huelga entre sus trabajadores, Michelle Ferrero nunca ha despedido a ninguno de sus trabajadores y siempre se ha preocupado de las acciones sociales del grupo", matiza.
Entre esas acciones que el grupo ha mantenido tras el acceso a la presidencia de Giovanni Ferrero -hijo de Michelle tras el fallecimiento de este el pasado febrero- el grupo cuenta con sus llamadas empresas sociales, la iniciativa el Kinder+Sport y la Fundación Ferrero.
Mientras el objetivo de las empresas sociales es la creación de plantas de producción propia en India (Baramati, Pune), Camerún (Yaundé) y Sudáfrica (Wlkerville, Johannesburgo), que contratan el 100 por ciento de su personal entre las comunidades locales y revierten los beneficios en proyectos sociales destinados a la protección de la salud y la formación educativa de los niños, el programa Kinder+Sport trata de inculcal valores como el esfuerzo, la superación y el compañerismo entre los más pequeños.
En España, más de 110.000 estudiantes participaron el año pasado en Kinder+Sport, y este proyecto social apoya en nuestro país programas deportivos de las Reales Federaciones de Atletismo y de Voleibol, y de la Fundación Ecomar.
Por su parte, la Fundación Ferrero apuesta por mejorar la calidad de vida de sus trabajadores. Para ello, el grupo inauguró la guardería infantil de la fundación, con condiciones ventajosas para los familiares de los empleados y plazas reservadas para el Ayuntamiento de Alba.