La bodega riojana ha diseñado una nueva estrategia comercial para aumentar su facturación en el mercado nacional y reducir sus exportaciones, que ya suponen el 70 por ciento de todas sus ventas.
Al contrario de las prácticas empresariales más habituales en la España de la crisis, Bodegas Muriel ha decidido concentrar sus esfuerzos en el mercado nacional, con el firme propósito de mejorar sus ventas domésticas.
Una mejora que podría frenar el ritmo de sus exportaciones, que ya suponen el 70 por ciento de sus ventas globales, y que pasará por hacer un reposicionamiento de sus marcas -englobadas en las denominaciones de origen Rioja, Albariño y Vinos de la Tierra-, tanto en el canal alimentación, como en el de la hostelería.
Retos que Bodegas Muriel -que este año cumple su treinta aniversario desde que en 1985 fuera constituida como sociedad- pretende alcanzar en el próximo trienio.
Un tiempo en el que según ha contado su presidente Javier Murúa a elEconomista Alimentación Bodegas Muriel pretende tener terminado su reordenamiento interno -en la compañía trabajan actualmente unas 50 personas-.
Ese orden pasará por dar a conocer en el mercado nacional las ocho marcas de sus cinco bodegas, por captar consumidores en los bares y en los hogares, y por conquistar al público joven de nuestro país.
Para ello, Bodegas Muriel -cuya producción anual está cifrada en 15 millones de botellas (90 por ciento de vino tinto y 10 por ciento de vino blanco)- reforzará su equipo comercial, hasta ahora volcado en las exportaciones, implantando delegados por zonas y, en un primer momento, tratará de incrementar sus ventas en el canal de la hostelería -ahora representan un 40 por ciento, frente al 60 por ciento de las del canal alimentación- para darse a conocer.
Eso sí, de diferente manera según la categoría que quiere otorgar a sus distintos caldos. Los planes de Bodegas Muriel pasan por posicionar sus vinos de Viña Eguía en bares de tapeo para ser consumidos más en barra que en mesa y situar los caldos de Muriel y Pazo Cilleiro (albariño) en locales de resturación de mayor nivel adquisitivo, y tiendas especializadas.
La categoría premium se le reserva a los vinos de Conde de los Andes. Por último, para ganarse el favor de los consumidores más jóvenes, la bodega apostará por la Real Compañía de Vinos, una marca que defiende una filosofía actual y desenfadada, compuesta por vinos varietales: tempranillo, verdejo, garnacha, macabeo y rosado.
Con esta marca, la compañía también tratará de no perder fuelle en los mercados exteriores, donde hasta ahora ha llegado especialmente con los vinos de su marca y bodega Muriel.
A nivel internacional, Bodegas Muriel está presente en 40 países y sus mayores exportaciones hasta la fecha se han registrado en los mercados de Reino Unido -donde van a parar el 30 por ciento de sus ventas-, Alemania -con un 15 por ciento- y Estados Unidos -10 por ciento-. Además de estos, los mercados de China, Brasil, Rusia, México y Japón también demandan los caldos de esta bodega.
Entre todos ellos, junto con las ventas nacionales, Bodegas Muriel logró una cifra de negocio de 31,5 millones de euros en 2014, un 7 por ciento más que el año anterior. Unas ventas a las que también contribuyen las que la bodega efectúa en Internet y con la elaboración del vino para marca blanca.
Para la mejora de su cifra de negocios Bodegas Muriel también confía en su apuesta por el enoturismo, cuya práctica estará disponible a finales de este año en su bodega Conde de los Andes. "El enoturismo nos sirve para hacer una labor educativa hacia el consumidor, además de como herramienta de venta indirecta", sostiene Javier Murúa.
Y otro factor que también ayudará a que Bodegas Muriel aumente sus cifras, en el exterior, es China, cuyos consumidores, como los de cualquier economía emergente, buscan tendencias occidentales.
Consumidores que, en opinión de Javier Murúa ahora
buscan distintos tipos de vinos, entre los que figuran los de Bodegas Muriel.
Eso sí, el gigante asiático no ha de ser, en opinión del directivo, el salvador de ninguna empresa y mucho menos del sector vinícola, dado que su superficie de viña está creciendo y China está en el top five de los mayores productores de vino en el mundo.