Su sector agroalimentario está decidido a convertirse en una potencia mundial. Exportar es la clave y para ello mira a EEUU, Asia, Brasil, los países de la Alianza del Pacífico... y los mercados de la UE.
En su apuesta por convertirse en un jugador económico global, Chile, un país pequeño con un mercado interior en expansión, pero en el que aún queda camino por recorrer, se ha volcado en los últimos 20 años en llevar sus productos a los distintos mercados internacionales, con una clara vocación exportadora, plenamente asumida por sus empresarios y por los sucesivos Gobiernos del país, y ahora potenciada en el nuevo Ejecutivo de la presidenta Michelle Bachelet, que la tiene en su hoja de ruta.
Cuenta con la innegable ventaja de tener una de las economías más abiertas del mundo: 23 acuerdos comerciales con 61 países suponen una de las grandes ventajas, porque permiten acceder en ventajosas condiciones al 85 por ciento del PIB mundial. "Este atractivo es apreciado por las compañías más importantes a nivel mundial y también por la pequeña y mediana empresa extranjera", aseguran en el Gobierno chileno.
Como declaraba a elEconomista el ministro de Economía chileno, Luis Felipe Céspedes, Chile aspira a constituirse en una potencia alimentaria. "Es el principal exportador mundial de uvas, ciruelas frescas y está entre los tres más importantes de aguacates, kiwis y manzanas, entre otros productos. Asimismo, tiene una producción creciente de aceite de oliva, así como una reputada presencia en el sector del vino, del que es el séptimo productor mundial. En el caso de la pesca, Chile es el segundo productor de salmón a nivel internacional, con el 27 por ciento de la producción. Creo que existe mucho espacio para que se genere inversión y colaboración para desarrollar la industria alimentaria".
Es un sector que busca abrir nuevos mercados o incrementar su presencia allí donde ya está. Por ello, con la vista puesta en los países de la Unión Europea -con quien firmó en 2003 un acuerdo de asociación con unas inmejorables condiciones por unas circunstancias muy especiales en el periodo de negociación- espera encontrar aquí un mercado clave.
Para la UE se trata de su tercer socio comercial en cuanto al total de productos, sólo por detrás de Estados Unidos y China. Además, está en plena recuperación tras la crisis de los últimos años. Por ello, no es extraño que Chile haya jugado sus cartas exportadoras en la eurozona, con una promoción que ha puesto en marcha a mediados de este mes de mayo, una iniciativa desde Madrid para toda Europa y bajo el paraguas de la marca Sabores de Chile.
Ha contado con la presencia del director de ProChile, encargado de promover las exportaciones de productos y servicios, Roberto Paiva, y del responsable de inversiones extranjeras, Jorge Pizarro, quienes pusieron de relieve que todavía hay muchas posibilidades de crecimiento en los mercados europeos y que se están volcando en ello, ya que junto con países como Holanda o Alemania, principales clientes, hay otros en los que se puede incrementar el intercambio comercial, y sobre todo se está notando ya ese crecimiento en estos años en los países del Este de Europa.
España tiene aún mucho recorrido, pero es coincidente como productor en varios sectores -vino, aceite de oliva, productos derivados de la pesca-. El director de ProChile -agencia pública de promoción de las exportaciones, como nuestro Icex-, aseguró que España es un "mercado extraordinario", no tanto por volumen de negocio sino por el prestigio que conlleva.
En España, ha explicado, "se validan muchos exportadores". Paiva ha declarado que las cifras de exportación parecen demostrar un cambio de tendencia en la economía española, ya que, tras las caídas detectadas en 2012, ahora los niveles de comercio remontan. "Nosotros, como exportadores, estamos sintiendo que va mejor". Eso sí, las empresas españolas agroalimentarias tendrían la oportunidad de implantarse en Chile, con evidentes facilidades y servirles como punto de entrada a EEUU y otros países latinoamericanos y asiáticos, aprovechando los acuerdos comerciales.
España representó el año pasado el decimocuarto mercado para los productos de Chile, o lo que es lo mismo, atrajo un 1,8 por ciento de las exportaciones totales. En cambio, en términos de inversión, España es el contribuyente más importante, por encima de EEUU, y nuestras empresas mueven un 12,9 por ciento del dinero que entra en el país suramericano.
Cita de negocios
Sabores de Chile congregó, en el palco de honor del estadio Santiago Bernabéu, y en dos jornadas, a una veintena de exportadores chilenos, que contactaron con importadores de países europeos, como Reino Unido, Alemania, Francia, Holanda, Bélgica, Suecia, Polonia, Rusia, Italia, Turquía y España, con el fin de generar negocios e intercambios comerciales.
Esta iniciativa de promoción internacional volcada en Europa se cerró con una cena, presentada al hilo de los versos de Pablo Neruda y las opciones turísticas chilenas, desde el desierto del norte, a los glaciares del sur, desde la cordillera andina a las costas del Pacífico, con el conocido chef Carlo von Mühlenbrock, del restaurante Ossadia, en Santiago, una de las estrellas mediáticas de la nueva cocina chilena, en una experiencia gastronómica basada en los diferentes atributos de la oferta exportable de alimentos y bebidas.
"Vamos a seguir creciendo y ganar en calidad, una iniciativa que está en la agenda de la presidenta Bachelet", asegura Paiva. Chilealimentos -la asociación que agrupa a la mayoría de empresas procesadoras de estos productos- prevé que de los 37.000 millones de dólares -cerca de 27.000 millones de euros- que suman hoy las ventas de alimentos en Chile, "en 10 años podemos llegar a 60.000 millones de dólares -más de 43.000 millones de euros-", señala Guillermo González, su gerente, que espera que "la industria de los alimentos represente pronto más que el cobre para la economía chilena. Es uno de los sectores con mayores perspectivas".
"Necesitamos atraer inversión al sector minero, pero también a otros, como la energía, los servicios, infraestructuras y el sector alimentario. Queremos captar capital de mayor calidad. Chile es una buena oportunidad de negocio y vamos a desarrollar instrumentos para apoyar esta inversión", sostiene Pizarro, quien también ve grandes oportunidades para los inversores españoles.
Y un sector donde puede estar interesado el empresario español es el del vino. Por ejemplo, Torres lleva en Chile ya muchos años con muy buenos resultados y otras bodegas están implantándose. Los vinos chilenos están buscando mercados exteriores, ya que sólo el 25 por ciento de la producción se comercializa en el mercado interno, pero, además, en los últimos años se ha intentado pasar del "bueno, bonito y barato a suprimir el barato para volcarse en productos de alta calidad, que puedan competir con los mejores vinos del mundo.
Por eso, y en ese intento de continuar con una expansión basada en productos de gran valor, en 2002 las bodegas crearon Wines of Chile, una marca asociativa encargada de diseñar iniciativas para alcanzar esta meta. En 2013, el país exportó por valor de casi 1.900 millones de dólares y a España, un país con gran potencia vitivinícola, nos llegaron vinos chilenos por unos 50 millones de dólares.
El objetivo de este sector ante el horizonte de 2020 es que sus ventas en exteriores mundiales sobrepasen los 3.000 millones de dólares.
Las ventas al exterior
Chile vendió fuera por valor de 77.400 millones de dólares en 2013 de los que la industria alimentaria representó más del 20 por ciento, con el salmón tirando fuerte, siendo ya el segundo productor mundial, por detrás de Noruega, sin olvidar los frutos secos, en plena expansión exterior, incluidos los países asiáticos.
Andrés Rodríguez está a cargo de potenciarlos a través de Chilean Walnuts y Chile Prunes. Su tarea en ambas asociaciones gremiales ha permitido grandes avances para la industria de la fruta seca, proyectándola como la nueva industria de alimentos emblemática para Chile, dentro del mismo grupo que hoy se encuentra ya la fruta fresca, el vino y el salmón.
En 2013, exportó aproximadamente 700 millones de dólares de fruta seca, incluyendo nueces, ciruelas secas, almendras, avellanas, pasas y otros. Es el exportador número 1 del mundo de ciruelas deshidratadas y el tercero de nueces y se espera que para 2015 llegue a los 1.000 millones de dólares en exportaciones de la categoría de frutos secos.
El país cuenta con casi 15.000 hectáreas de ciruelas para deshidratado plantadas, y hoy es el principal exportador de ciruelas en el mundo con envíos a más de 70 países. También es el primer exportador de nueces del hemisferio sur y está dentro de los primeros cinco proveedores a nivel mundial.
Cumple con los más altos estándares internacionales de cosecha y proceso de la nuez, logrando exportar sus productos a los más diversos mercados a nivel internacional, entre ellos España, que está entre los diez primeros clientes.
El 95 por ciento de la producción de frutos secos se dirige al extranjero, pues en el mercado interno estos alimentos no son de consumo diario. El 70 por ciento de las ciruelas también se venden en el exterior,
El desafío, aquí y ahora, de Chile es salir de su exportación concentrada en el cobre... y el sector agroalimentario es una buena oportunidad, más ahora que se cuenta con un tipo de cambio muy competitivo. Ello puede servir para compensar el menor crecimiento económico previsto para Chile, revisado a la baja por los organismos internacionales. Y seguir con la máxima interiorizada por los empresarios chilenos. "Somos un país pequeño y debemos exportar, exportar y exportar".