El sector de las bebidas refrescantes lanza una media de 80 productos nuevos cada año. Su apuesta por mantener el presupuesto en innovación y desarrollo se ha antojado clave para conservar su competitividad en un entorno de atonía consumista donde los productos 'light' y sin gas son los más demandados en España.
Innovación e investigación frente a la crisis y la recesión. Esa es la fórmula que ha seguido al pie de la letra el sector de las bebidas refrescantes en España. Un gremio que, pese a la depresión consumista que ha planeado sobre la economía del país estos últimos años, se ha mantenido fiel a su filosofía de diversificar productos para ofrecer novedades a un consumidor más exigente y cauto a la hora de comprar para beber en casa y de consumir fuera del hogar.
Tanto es así que, en plena tormenta financiera, el sector de las bebidas refrescantes ha lanzado una media de 80 nuevos productos cada año. Lanzamientos que, si bien tienen costes millonarios -200 millones de euros en 2011, según los datos de la Asociación de Bebidas Refrescantes (Anfabra)- también hacen posible que ésta sea una de las industrias más estables.
Los datos de esta asociación indican que esta industria aporta un 1,16 por ciento al producto interior bruto (PIB), supera los 12.100 millones de euros anuales en facturación y es el motor que da empleo a las más de 63.700 personas que trabajan en ella, de forma directa -unos 8.400 trabajadores- e indirecta -con unos 55.200 más-.
Cifras que contribuyen a que en España, en plena crisis económica, el nivel de los consumidores de esta industria se haya mantenido -actualmente ese nivel está cerca de los 37 millones de consumidores- y el número de referencias no haga otra cosa que aumentar.
De todas ellas, las que más empuje han tenido en la última década, según datos de Anfabra, son las vinculadas a las bebidas light y a las que carecen de gas. Dentro de estas últimas, las bebidas para deportistas y las de té están entre las que más han crecido, incluso después del inicio de la crisis.
De hecho, en la actualidad, las bebidas light alcanzan el 30 por ciento y las bebidas sin gas casi el 20 por ciento del total de la producción.
Eso sí, pese a la aparición de nuevos productos y nuevos sabores -en España conviven una media de unos 500- y a la tendencia a probarlos, Anfabra sostiene que los refrescos más tradicionales también gozan de la fidelidad de muchos consumidores.
Por sabores, los que más adeptos conservan con el paso del tiempo son las bebidas de cola, seguidas de los refrescos de naranja y limón. Entre las razones que determinan los gustos de los consumidores, la asociación señala las de la edad y el sexo.
Así, según sus datos, los más jóvenes suelen optar por sabores más dulces y son los que en mayor medida prueban los nuevos productos que se lanzan cada año al mercado.
Asimismo, Anfabra sostiene que a más edad se prefieren sabores tradicionales como la cola o los cítricos y ganan peso sabores más intensos y amargos, como la tónica.
En el análisis por géneros, Anfabra sostiene que las mujeres suelen beber más refrescos bajos en calorías, bebidas funcionales y refrescos de té y café. Por su parte, los hombres optan por bebidas refrescantes de cola, refrescos sin gas, bebidas para deportistas y energéticas.
Sin embargo, Anfabra avisa de que esta tendencia está cambiando en los últimos años, ya que los hombres demandan cada vez más refrescos light.
En cuanto a las zonas geográficas, los datos de la asociación revelan que es en Madrid, Andalucía, Levante, Murcia e Islas Baleares donde se registra un mayor consumo de bebidas refrescantes. Es decir, regiones con un gran atractivo turístico y altas temperaturas medias en los meses de primavera y verano, lo que favorece las relaciones sociales y, además, aumenta la necesidad de beber líquidos.
El turismo: dinamizador del consumo
Y es que en España las altas temperaturas y la cultura de las relaciones sociales tienen una clara influencia en el consumo de refrescos. Las cifras del Estudio de Consumo Alimentario Extradoméstico en España, elaborado por el Iese, así lo evidencian.
Y es que de ese documento se extrae que el 75 por ciento de los españoles prefiere beber refrescos en compañía de amigos y fuera de casa, en bares, cafeterías y restaurantes.
De ahí el papel fundamental que, según Anfabra, cumple su sector dentro de la industria alimentaria como proveedora de bienes y servicios de ocio y turismo. Y, por tanto, el estudio de las condiciones y hábitos de consumo de las bebidas refrescantes debe realizarse, insiste la asociación, separando el consumo que se genera dentro del hogar del registrado en bares y demás establecimientos del canal Horeca -hoteles, restaurantes y cafeterías-.
Así, la compra de bebidas refrescantes para consumo doméstico es mayoritariamente planificada -en un 65 por ciento de los casos-. En cuanto al lugar y a la frecuencia de compra, la mayor parte opta por comprar en supermercados -73 por ciento-, adquiriendo semanalmente entre uno y tres litros.
Ahora bien, durante el fin de semana, la disponibilidad de tiempo libre para disfrutar del ocio y de la compañía de amigos y familiares hace que se incremente el consumo de refrescos en bares, cafeterías y restaurantes, siendo las razones para su consumo eminentemente sociales. Casi un 30 por ciento de los consumidores reconoce que lo hace por placer y un 20 por ciento por estar con amigos.
Las cenas, las salidas de noche, las comidas y los aperitivos son los momentos preferidos para consumir refrescos en los establecimientos de hostelería.
Independientemente de que se consuman dentro de los hogares o en el canal Horeca, lo cierto es que el mantenimiento de dicho consumo también hace posible que esta industria cuente con el privilegio de mantener una cifras estables de empleo.
Perfil laboral en la industria de los refrescos
Es más, según la memoria anual de Anfabra -correspondiente al ejercicio 2012- la antigüedad media de los trabajadores de esta industria es de 14 años, el doble que la media nacional, y sus bajas duran una media de una jornada por cada 1.000 horas trabajadas -frente a las 2,6 jornadas de media nacional-.
Además, pese a la crisis económica, entre 2007 y 2011, este gremio ha duplicado las horas de formación de sus profesionales. Y es que, según explica Anfabra, "la base del éxito de nuestras empresas son las personas que las forman. La calidad de nuestros profesionales está en la base de la calidad de nuestros productos. La formación, la seguridad, una cultura y un ambiente de trabajo adecuados para el desarrollo profesional y personal son más que una filosofía, es algo que se refleja en nuestro día a día".
Anfabra también especifica que en esta industria no sólo se cuida de los empleos directos -unos 8.400-. Y es que la industria de bebidas refrescantes genera miles de puestos de trabajo también indirectos -unos 55.200- e inducidos -más de 313.000- por su estrecha relación con otros sectores, como todos los vinculados al de Horeca y a la distribución.
Anfabra explica además que la edad media de los trabajadores refleja las características demográficas de la población laboral española, por lo que "no existe sesgo ni hacia la contratación de personas que comienzan su experiencia laboral ni hacia los que están cerca de finalizarla. La mayor parte de los trabajadores se sitúa en las franjas centrales, es decir, entre los 25 y los 64 años".
Por último, la Asociación recuerda que pese a los comentarios que a veces tratan de demonizar a los refrescos, estas bebidas tienen entre un 90 y un 99 por ciento de agua, por lo que están incluidos en el grupo de alimentos con un papel importante en la dieta europea.