La escalada de impuestos especiales, los cambios de hábitos en el consumo derivados de la crisis y la competencia en precios de la cerveza y el vino hunden las ventas de las bebidas espirituosas en España. El whisky, el vodka y el brandy se llevan la peor parte. La mejor es para la ginebra cuyo peso sube en bares y hogares.
La última subida de impuestos especiales que ejecutó el Gobierno de Mariano Rajoy podría dar el golpe de gracia definitivo a las bebidas espirituosas, cuyo consumo no ha hecho otra cosa que bajar desde el inicio de la crisis.
Y eso que la ginebra ha frenado el golpe que ha sufrido el sector, muy castigado por el bajón que ha experimentado la demanda del whisky, ron, vodka y brandy.
Un bajón que se ha dejado sentir más en la hostelería que en los hogares, debido a que muchos de los clientes que tradicionalmente optaban por la primera se han refugiado en los segundos para contener el gasto.
Un desvío que ha provocado que el consumo de las bebidas espirituosas en el canal horeca cayera un 4,6 por ciento en 2012 respecto a los niveles de un año antes.
Una caída que afectó a todas las categorías y de la que sólo salió fortalecida la ginebra, cuyo consumo aumentó un 1,7 por ciento. Las caídas más acentuadas las protagonizaron el ron, con un descalabro del 11,8 por ciento, el brandy, con un bajón del 11,1 por ciento y el whisky, con un 10,3 por ciento menos, según la Federación Española de Bebidas Espirituosas.
Datos que también revelan cómo, aunque en menor medida, en el consumo doméstico el ritmo de estas bebidas también sufrió una tendencia decreciente, sobre todo el consumo del ponche y del whisky que bajó un 11 y un 6 por ciento, respectivamente.
La nota positiva de este consumo doméstico la protagonizaron el anís, los licores, los aguardientes y los orujos, cuyo consumo subió un 2 por ciento, respecto al año anterior, y sobre todo la ginebra, cuyo consumo se disparó un 19 por ciento por encima de lo qie había registrado en 2011.
Sin embargo, el tirón doméstico no pudo evitar que en términos generales, el sector de las bebidas espirituosas se diera otro tropezón el último año.
Los datos de la patronal señalan que en 2012 se comercializaron en España 220 millones de litros de bebidas espirituosas, 15 millones por debajo de lo comercializado un año antes, es decir un 6 por ciento menos que en 2011.
De esa caída sólo se libraron la ginebra y el tequila, cuyo consumo aumentó un 7,3 y un 0,4 por ciento respectivamente.
Por delante del brandy
Pese a que el batacazo del whisky ha sido uno de los más fuertes (su caída en 2012 respecto a 2011 fue del 8,6 por ciento), esta bebida continúa siendo la más consumida en España, con un 31,5 por ciento de cuota de mercado, seguida del ron (fundamentalmente ron oscuro), con el 20,5 por ciento.
Por detrás, gracias a la tendencia ascedente por la que atraviesa su consumo, se sitúa la ginebra, con una cuota de mercado que ya es del 15 por ciento, adelantando así a categorías tan tradicionales en nuestro país como el brandy o los licores.
Categorías que por su parte han conseguido amortiguar su caída gracias a las exportaciones. De hecho, el brandy es el producto con mayor volumen de exportación -acumula el 75 por ciento del total-, sobre todo a países como Filipinas, México, Alemania o Estados Unidos.
Es más, según la Federación de Bebidas Espirituosas, el buen comportamiento de las exportaciones en 2012 no sólo contribuyó a mejorar la balanza comercial española sino a cerrar el ejercicio algo mejor de lo esperado.
Con respecto a 2011 las exportaciones crecieron un 11 por ciento el último año. Un crecimiento que también registraron las importaciones del sector, aunque en mucha menor medida con una subida del 4,7 por ciento.
En España el consumidor es exigente y marquista y, según la Federación, aún hace una apuesta clara por la calidad. La patronal también insiste en que nuestro país es uno de los pocos en los que el consumo de alcohol entraña riesgo, ya que su patrón de consumo es mediterráneo.