El espíritu de 'Grease' se cuela en la restauración

La década dorada de los años cincuenta americanos inspira uno de los últimos filones del sector en España, con casual food, estética de neones y rock and roll.

Nacieron en plena crisis, pero aquí siguen. Las cadenas que dieron forma a la restauración temática basada en los fifties americanos atraviesan un muy buen momento en España, pese a los seis años de atonía consumista que arrastra el país.

La clave de su éxito reside en dos patas: una clara apuesta por lo retro -tanto en lo visual, con muebles vintage, como en lo sonoro, con el rock 'n' roll- y una recuperación de la más típica cocina norteamericana -hamburguesas, hot dogs, sadwiches, wraps...-.

Dos ingredientes con los que han logrado diseñar una receta capaz de conquistar al consumidor quien, además de un precio que se ajuste a su bolsillo, busca vivir una experiencia diferente mientras da gusto al paladar. Y es que el espíritu de Grease que inmortalizaron John Travolta y Olivia Newton-John campa a sus anchas en este segmento de la restauración española que parece haber venido para quedarse.

Tommy Mel's, Peggy Sue's o Urban Dinner son ejemplos de esta tendencia que empezó su recorrido en Madrid y que, gracias a la franquicia, ya ha llegado a media España, sin atisbos de haber saturado al mercado hasta la fecha.

Ésta es al menos la opinión de Santiago Barbadillo, de Barbadillo y Asociados, quien ha explicado a esta publicación que, a su juicio, "hay demanda potencial de sobra para que esta tendencia pueda seguir creciendo, especialmente en el número de restaurantes operativos".

Prueba de ello es el ritmo de inauguraciones de Tommy Mel's.

Nacida en 2009 en pleno centro de Madrid -en el número 8 de la calle Pedro Teixeira-, esta enseña, que cuenta con 23 restaurantes, cinco propios y 18 franquicias, y 400 empleados, pretende cerrar el presente ejercicio con 38 locales operativos.

Entre las ciudades elegidas para sus próximas aperturas figuran Alicante, Zaragoza, Barcelona y Madrid. Precisamente ha sido en pleno corazón de la capital española -en la calle de Alcalá, a escasos metros de la Puerta del Sol, y en el número 409 de esta misma calle- donde esta firma, perteneciente a Wonderfood Brands Corporation (WBC), ha abierto recientemente dos locales.

Aperturas que han coincidido con la ampliación que la enseña ha llevado a cabo en su carta, a la que ha querido dotar de nuevos platos cocinados a partir de recetas típicas de los auténticos diner americanos.

Y es que esta cadena, que en 2012 facturó 18 millones de euros y aspira facturar hasta 35 milones este año, sigue a rajatabla el modelo gastronómico que nació a finales del siglo XIX en el nordeste de Estados Unidos y que vivió su momento de máximo esplendor en los años cincuenta y en viejos y reciclados vagones de tren.

Una apuesta que también ha hecho y hace Peggie Sue's. Ideada en el año 2006, esta cadena abrió su primer restaurante en Madrid el 1 de febrero de 2007, concretamente en la calle Amaniel de la capital.

Sólo dos años después también confió en el modelo de la franquicia para expandir su negocio, con el fin de alcanzar los 40 locales a cierre de 2012, cuando entre directos e indirectos ya contaba con unos 250 empleados.

Otra de las firmas que empieza a hacerse hueco siguiendo la estela de los fifties es Urban Dinner. Una firma que ha combinado el Dine in con el take away, y cuya estrategia de negocio va dirigida al modelo de las franquicias.

Aunque a día de hoy cuenta con un local en Madrid -en el número 25 de la calle Génova de la capital- y uno en Almería -en la Avenida del Cabo de Gata, 219-, la firma tiene previsto abrir cinco locales más.

Los planes de estas tres enseñas confirman que el casual food y el rock 'n' roll de los años cincuenta aún tienen tirón para las enseñas que apostaron por esta estética.

Sin embargo, y aunque Barbadilo dice que el mercado no está saturado, sí sostiene que no está tan seguro "de que haya hueco para más cadenas que ofrezcan más de lo mismo, sin buscar novedades en un modelo ya instaurado".

Novedades que si en su momento se pudo pensar que vendrían de la mano de los también americanos camiones de comida, a día de hoy aquella promesa se ha venido abajo.

"El food truck es un modelo muy americano que no creo tenga las mismas perspectivas en España, incluso Europa, que al otro lado del charco. Además, aquí este tipo de oferta se enfrenta con un problema adicional: las licencias para operar en la vía pública", concluye Santiago Barbadillo.

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