Lidl: más inversión y logística para España

A punto de cumplir veinte años de trayectoria en España, donde desembarcó en 1994 con un primer establecimiento en la ciudad de Lleida, el grupo de Supermercados Lidl ha decidido aumentar en 20 millones la inversión destinada a su negocio en nuestro país, al pasar de los 100 de 2012, a los 120 millones presupuestados para 2013.

El objetivo de este incremento es ampliar su red comercial en nuestro país, compuesta de más de medio millar de tiendas, incluidas las 13 abiertas en 2012, y abrir otra plataforma logística en Lorquí (Murcia).

Ésta, que será la novena y creará 200 puestos de trabajo, se sumará a las que Lidl ya tiene en Valencia, Vitoria, Sevilla, Madrid, Barcelona, Narón, Málaga y Tenerife.

Planes a los que la compañía -que a cierre de 2012 daba empleo a 9.650 personas en España (y a 170.000 en los 26 países de Europa en los que opera)- pretende sumar el relativo a la ampliación, en más de 8.000 metros cuadrados, de su plataforma logística de Montcada i Rexac, en Barcelona.

Además, según ha podido saber elEconomista Alimentación, Lidl España consagrará parte de su presupuesto de 2013 a remodelar algunas de sus tiendas actuales, con el fin de adaptar la imagen austera y funcional del discount, con la que llegó hace 20 años a nuestro país, a otra más moderna y sostenible para que el grupo sea cada vez más eficiente.

Un objetivo que va en la línea del modelo de negocio por el que Lidl se rige tanto en España como en el mundo (donde cuenta con cerca de 9.500 establecimientos). Y es que, con ese modelo, Lidl, que desde hace años apuesta por el eslogan de La calidad no es cara, aboga por reducir todo tipo de costes que no aporten valor añadido.

De ahí, que uno de los pilares de ese modelo de negocio resida en exponer en cajas o pallets los artículos de mayor demanda, eliminando así los tiempos de su reposición en los lineales.

Con la vista puesta en el objetivo de la eficiencia, Lidl,

cuyos orígenes se remontan a los años 30 en la ciudad alemana de Ludwigshafen, también apuesta por un surtido optimizado que elimine duplicidades y ofrezca únicamente los productos de mayor demanda, consiguiendo al mismo tiempo mayores volúmenes de negociación con sus proveedores y una disminución de los costes.

Y a esa optimización Lidl añade su apuesta por las compras centralizadas a nivel de grupo, que también posibilitan acuerdos muy favorables con sus proveedores que luego puede repercutir en sus precios finales de venta.

Unas compras que han convertido a Lidl (junto a Kaufland y Handelshof, forman el Grupo Schwarz, el quinto de distribución en el mundo) en el primer cliente internacional de la huerta española, cuyos campos han sido y son el lugar de origen de muchas de las frutas, hortalizas y verduras que el supermercado alemán vende en toda Europa.

Sólo el año pasado, Lidl compró al huerto español más de 960.000 toneladas de frutas y hortalizas, por valor de 700 millones de euros.

Una cifra con la que Lidl saca pecho al sostener que el grupo es "un motor económico y una plataforma de exportación para la industria alimentaria y el sector hortofrutícola español".

Las cifras facilitadas por la compañía indican que Lidl cuenta con 350 proveedores españoles y tiene un volumen de negocio de más de 2.500 millones de euros en 2012, lo que supone un 20 por ciento más que en el año 2011.

Otra de las consecuencias que acarrea su modelo de negocio, que también incluye una marca propia para cada familia de productos y que de momento no contempla la apertura de una tienda online, son las sinergias comerciales que origina allí donde se implanta.

La razón es que la selección de su surtido, compuesto por casi 1.200 referencias, contribuye a crear un flujo comercial en las poblaciones donde está presente.

Y es que, los clientes tienen la opción de complementar su cesta de la compra con los productos que ofrecen el resto de establecimientos próximos a sus tiendas.

Con 2,8 millones de clientes semanales en España y presente en toda la geografía nacional, incluidas las ciudades autónomas de Ceuta y Melilla y cinco de las siete islas del archipiélago canario (donde ya tiene 18 establecimientos), Lidl apuesta por tiendas con una superficie de venta útil de entre 800 y 1.200 metros cuadrados, dotadas, siempre que sea posible, de parking.

Tengan o no ese aparcamiento, lo que sí tienen todas las tiendas de Lidl en España son promociones estacionales con productos de otros países, que además de descubrir al consumidor español gustos gastronómicos de fuera de nuestras fronteras, se convierten en un gancho para los inmigrantes residentes en nuestro país.

Asimismo, los establecimientos de Lidl apuestan por semanas temáticas, tanto en el segmento gastronómico y alimentario (con productos típicos de Italia, México, Estados Unidos, Asia...), como en el de bazar.

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