Lo anunció a finales de 2012 y lo aprobó el pasado 15 de febrero. Ese día, el Gobierno baleardio luz verde a un Proyecto de Ley de medidas tributarias porel que ha creado nuevos impuestos como el que gravará los
envases de líquidos alimentarios.
Una medida que, según la hostelería, tiene un afán puramente recaudatorio y pone en peligro su competitividad en el archipiélago, además de tener un carácter discriminatorio al obligar a las familias de Baleares a pagar hasta 400 euros más al año si compran
bebidas envasadas -la leche o el agua no están exentas de la tasa-.
Los datos del Ejecutivo balearrevelan que cada botella de plástico de litro y medio tendrá un impuesto de 0,056 euros -de 0,049 euros las de papel o cartón, de 0,042 las de metal y de 0,035 las de vidrio-.
Una cifra que, aplicada porejemplo al agua, y tomando de media un consumo por hogarde cuatro litros al día, supondrá un coste adicional al actual de más de 50 euros anuales.
Si a eso se añade el consumo medio de bebidas envasadas de una familia -leche, refrescos, zumos...-, el impacto medio del gravamen no sería inferiora los 400 euros anuales para cada una de ellas.
Razones porlas que la Federación Española de Hostelería estudia, junto con otras organizaciones empresariales afectadas, tomar medidas legales, tanto en el ámbito autonómico y nacional como de la Unión Europea.
Es más, la patronal denuncia que el Ejecutivo de José Ramón Bauzá, que alega motivos medioambientales para la imposición de este gravamen, no especifica cómo piensa reinvertir ese tributo en el medio ambiente, y recuerda que se trata de una tasa que ya está cubierta a
través del servicio de reciclado de envases, que se lleva a cabo desde Ecovidrio y Ecoembes.
Aunque a nivel nacional como autonómico la restauración y los fabricantes de envases se oponen a estas medidas,
porque repercutirán en los precios y afectarán al consumo, el Gobierno canario y el catalán podrían imitaren breve la actuación del de Baleares.