La logística reutilizable, la de los envases, contenedores y pallets que no son de usar y tirar, sigue ganando adeptos en el sector agroalimentario español, ya que todos sus actores, productores y distribuidores, ven en ella una forma de optimizar costes y reducir residuos, además de mejorar la conservación de los alimentos y del medio ambiente.
Ventajas que han contribuido a que más del 80 por ciento de los envases y elementos que se utilizan para transportar productos frescos a las principales cadenas de distribución agroalimentaria en España ya sean reutilizables, según los datos de la Asociación de Operadores Logísticos de Elementos Reutilizables Ecosostenibles (Areco).
Es más, España ha hecho tan bien los deberes para introducir en su mercado el sistema de pooling -así se llama al que gestiona envases, contenedores y pallets reutilizables- que la distribución agroalimentaria de
nuestro país es una de las mejores de Europa -su nivel es como el de Alemania- en lo que a logística sostenible se refiere.
Si hace sólo unos años -el pooling llegó a España en la década de los setenta- lo que imperaba eran los embalajes de un sólo uso, actualmente éstos parecen tener los días contados.
Aunque las razones de su éxito son múltiples, la económica es la prioritaria para los agricultores, ya que con este sistema evitan tener que comprar sus propios envases para transportar sus productos hasta la distribución.
En lugar de comprarlos, los agricultores españoles los pueden alquilar (a un precio medio de 0,50 euros la unidad) a los operadores logísticos de pooling (en España, los principales son IFCO Systems, Euro Pool System y Logifruit).
De esta forma, además de ahorrarse costes en los envases, los agricultores tienen la garantía de que sus productos llegarán a la distribución en las mejores condiciones, ya que las cajas de plástico, firmes y resistentes, permiten apilar el contenido sin dañarlo.
Y, al estar abiertas, favorecen la refrigeración del producto, lo que es especialmente importante en el caso de las frutas y las hortalizas frescas.
Desde el punto de vista de la logística, las ventajas de los envases reutilizables residen en que reducen el espacio para el almacenamiento, ya que las cajas se pliegan; permiten la estandarización, lo que incrementa la productividad; se minimiza la energía necesaria para el enfriamiento; y ofrecen mayor seguridad e higiene.
Por su parte, la distribución también sale beneficiada de este sistema de pooling ya que con él se elimina la necesidad de reenvasado (el producto permanece en el envase en el lineal) y se reducen a cero los residuos, puesto que los operadores logísticos recogen los envases usados.
Es más, no sólo los recogen sino que los devuelven a sus plantas de lavado y acondicionamiento. Una vez allí, los lavan e higienizan y, en caso de que sea necesario, los reparan hasta quedar listos para una próxima reutilización hasta que termina su vida útil.
RECICLAJE DE LOS ENVASES REUTILIZABLES
Es entonces cuando se procede a su reciclaje. Así, el plástico se somete a un proceso de granulado que permite, a partir de la misma materia prima, volver a fabricar el mismo envase.
Según Areco, con un correcto uso y mantenimiento, los envases tienen una durabilidad aproximada de 100 movimientos, o lo que es lo mismo, un ciclo de vida útil de unos 20 años, y, en el caso de los pallets y contenedores, se pueden utilizar hasta en setenta rotaciones.
De ahí que la asociación explique que la rentabilidad de este sistema se justifica con un solo cálculo. ?Si una caja de plástico se puede utilizar hasta cien veces, mientras una de cartón se usa una sola vez y se tira, ¿qué sistema supone menos gasto y es más sostenible??.
Un argumento que se ve respaldado por diferentes estudios científicos llevados a cabo en la Unión Europea, cuyos datos revelan que de todos los residuos municipales generados en los Veintisiete, el 35 por ciento corresponde a envases.
Estudios que han analizado, desde el punto de vista del ciclo de vida, los tres sistemas más frecuentes utilizados en Europa para el transporte de frutas y hortalizas en la distribución agroalimentaria, es decir, envases de plástico reutilizables, de madera o cartón (los dos últimos de un solo uso).
Para comparar los tres sistemas de envases, uno de esos estudios -el del Instituto Fraunhofer y la Universidad de Stuttgart (Alemania)- toma como referencia el transporte de 1.000 toneladas de frutas y hortalizas.
Sus conclusiones indican que para llevar a cabo la distribución de ese millar de toneladas se necesitarían 66.667 cajas reutilizables, teniendo en cuenta una vida útil de 20 años y 100 posibles reutilizaciones (con un porcentaje de llenado de 4,8 veces al año), y contabilizadas las cajas que habrían de sustituirse por deterioro (unas 15.000).
Trasladado este cálculo a los envases de un solo uso, se necesitarían hasta 6.666.800 cajas de este tipo para la distribución de la misma cantidad de productos, es decir, 100 veces más envases.
Esta diferencia supone que la logística reutilizable requiere muchas menos cajas, de plástico, que la de usar y tirar, con el cartón o la madera, por lo que se consumen menos recursos -energía, agua, materias primas- y, por lo tanto, se realizan menos emisiones de dióxido de carbono a la atmósfera.