
La Agencia de Alimentación y Medicamentos estadounidense (FDA, por sus siglas en inglés) está planeando llevar a cabo un esfuerzo sin precedentes para reducir gradualmente la sal que consumen a diario los americanos. Aseguran que si todos los productos contuvieran menos sodio, se podrían prevenir miles de muertes cada año por hipertensión y enfermedades cardíacas. La iniciativa, que será puesta en marcha este año, supondrá un gran esfuerzo para muchas compañías.
El Gobierno pretende trabajar mano a mano con la industria alimentaria y expertos sanitarios para recortar los niveles de sal de forma gradual a lo largo de varios años, y así conseguir que el paladar americano se vaya adaptando a una dieta más pobre en sodio, según fuentes anónimas cercanas a la Agencia consultadas por The Washington Post.
Sin embargo, aunque parece claro que el plan se va a llevar a cabo, los agentes de la FDA no se habrían puesto aún de acuerdo para establecer los límites de lo saludable. En una investigación que va a ser muy compleja, la Agencia va a analizar la sal contenida en salsas para pasta, panes y miles de productos que componen el mercado de bebidas y alimentación estadounidense, de más de 600.000 millones de dólares.
Límites graduales y variables
Trabajando mano a mano con los fabricantes, el Gobierno establecerá determinados límites para las distintas categorías de productos, cambios que serán calibrados para que los ciudadanos apenas perciban la diferencia.
Además, los límites legales estarán sujetos a discusión pública, aunque según los responsables de la Administración Obama no se necesitaría a priori autorización del Congreso para implementar la medida.
Eso sí, "es un programa que supondrá 10 años de duración. Estamos hablando de una exhaustiva reducción de un ingrediente muy utilizado. Se trata de gustos que están muy arraigados en generaciones enteras de gente", critica una fuente.
Reducción voluntaria
Actualmente, los fabricantes pueden utilizar toda la sal que quieran, puesto que las leyes federales incluyen la sal dentro de la categoría de ingredientes "generalmente reconocidos como seguros". Las marcas sólo están obligadas a señalar la cantidad en la tabla nutricional de las etiquetas.
Sin embargo, la creciente alarma sobre los peligros del abuso de la sal han hecho que muchas compañías estadounidenses hayan hecho un esfuerzo por rebajar voluntariamente el sodio en sus productos en los últimos meses. Entre ellas, grandes grupos y conglomerados como ConAgra, PepsiCo, Kraft Foods, General Mills o Sara Lee.
Pepsi, por ejemplo ha desarrollado unos cristales de clorhidrato de sodio que espera que le ayuden a reducir la sal de las patatas Lay's hasta un 25%.