Desarrollo sostenible

El reciclaje de neumáticos usados, un 'filón' energético todavía por explotar

Una de las plantas de reciclaje de neumáticos Foto: Archivo
Puede que este año le haya tocado renovar las ruedas de su coche. Pero ¿se ha preguntado a dónde habrán ido a parar sus antiguos neumáticos? Quizás al césped de su nueva casa de verano, al parque donde lleva a jugar a sus hijos o al pabellón donde suele jugar las pachangas de fin de semana con sus amigos.

Si es así, de ello se habrá encargado Signus Ecovalor, la empresa sin ánimo de lucro que se encarga en España del reciclaje de neumáticos fuera de uso (NFU). En total, el año pasado la compañía recogió 57.255 toneladas de ruedas usadas, de las que luego pasó factura a sus respectivos productores por los gastos que se derivan de la transformación del caucho.

Buenos resultados

La primera memoria de la firma revela que los resultados han sido mejor de lo esperados. De hecho, se han recogido un 4 por ciento más de neumáticos de los que estaba previsto, y cada vez más Comunidades Autónomas se incorporan a la red de Signus, la última, Galicia. Unos datos mejor que buenos si se tiene en cuenta lo reciente que es la historia de la organización.

Su constitución arrancó en mayo de 2005 gracias a la puesta en común de las principales empresas del sector: Pirelli, Bridgestone, Continental, Goodyear Dunlop y Michelin. A lo largo de este tiempo se han ido sumando nuevos productores de neumáticos hasta alcanzar las más de 30 compañías asociadas.

Fuente de energía

Otra de las virtudes en potencia de los neumáticos usados que todavía no está lo suficientemente explotada es la generación de energía, un fin al que Signus destina un 13 por ciento del total de su material reciclado. Según los datos proporcionados por la compañía, el poder calorífico de los neumáticos es superior al del carbón y la madera, por ejemplo.

Una ventaja que está siendo aprovechada en todo el continente europeo por aquellas compañías que precisan grandes volúmenes de energía para su el desarrollo de su actividad, como es el caso de las cementeras. Además, las ruedas contienen también materiales como el acero que se pueden reutilizar para la fabricación del cemento. Más ahorro: según los cálculos de Signus, por cada NFU que se recicla se consigue ahorrar entre 10 y 12 kilos de carbón y hasta 7,5 litros de petróleo.

Y para terminar con esta retahíla de ventajas verdes, hay que tener en cuenta que el caucho que se utiliza en la fabricación de ruedas para automóviles contiene una media de un 20 por ciento de látex, un material natural que durante su combustión no emite tanto dióxido de carbono a la atmósfera como cuando se queman combustibles fósiles, mucho más agresivos para el medio ambiente.

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