
El Real Decreto de Régimen Especial está poniendo en pie de guerra a diversos sectores. Primero fueron los empresarios eólicos, después se ha unido la industria fotovoltaica y ahora la papelera.
El Gobierno introdujo, al igual que hizo con el sector eólico, una modificación de última hora sobre el borrador que envió a la CNE en el documento que remitió al Consejo de Estado y que modifica la definición de "cultivo energético forestal".
Según Aspapel, la nueva definición propuesta por Industria es tan amplia que bajo ella tendría cabida la práctica totalidad de las masa forestal existente en España.
"Consecuencias devastadoras"
Para la patronal del papel esta redacción puedar llevar a "una combustión indiscriminada de troncos y árboles enteros", en lugar de estimular el uso de la biomasa residual forestal.
Para esta agrupación de empresarios, esta reforma desincentiva el uso de la biomasa residual procedente de limpias y podas que conlleva ventajas como la prevención de incendios.
Aspapel asegura que esta reforma tendrá consecuencias devastadoras para la gestión forestal, distorsionará la jerarquía del uso de la madera, penalizará su utilización como materia prima para la fabricación de productos derivados y ocasionará una pérdida de competitividad de los sectores industriales implicados.
Según indicó el director general de Aspapel, Carlos Reinoso, se han puesto en contacto con el Ministerio de Medio Ambiente y con el de Industria para explicarles su visión sobre el asunto. Medio Ambiente no se ha pronunciado, por el momento, sobre esta reforma.
El Colegio Oficial de Ingenieros Técnicos Forestales asegura también que la nueva definición "englobará a toda aquellas especies arbóreas, arbustivas, de matorral o herbáceas que no sean características de forma exclusiva del cultivo agrícola independientemente de su origen y gestión forestal aplicada y que sean susceptibles de ser aprovechadas energéticamente".