Desarrollo sostenible

Menos humos: los 'parkings-robots' ahorran media tonelada de CO2

El 2035 de Yo, Robot, una película protagonizada por Will Smith donde los robots forman parte de la vida cotidiana, los coches se aparcan solos y el CO2 es historia, está cada vez más cerca. Inventos como los aparcamientos robotizados llevan al imaginario popular a pensar en Regreso al Futuro, Blade Runner o Minoriti Report, pero esos avancen tecnológicos que hace diez años eran tan increíbles como lo fueron los viajes a la luna de Julio Verne, son una realidad de la que se beneficia la sociedad y el medio ambiente.

Según un estudio realizado por Multparkig, empresa dedicada a la instalación de parkings automáticos en las capitales españolas, cada plaza de garaje robotizada significa media tonelada menos de CO2 al año. Esta reducción de emisiones es una consecuencia directa del tiempo que se ahorra al no tener la necesidad de buscar aparcamiento tanto en la calle. Según Multiparking, estos aparcamientos reducen el tiempo medio de estacionamiento de 16 minutos a 30 segundos por coche, lo que supone un ahorro de hasta tres días al año.

Este tipo de aparcamiento incrementa sensiblemente el número de plazas disponibles, llegando a dar cobijo a 40 vehículos en 220 metros cuadrados de planta, donde antes tan sólo cabían diez. Hay varios modelos de aparcamientos, pero el más eficiente, es decir, el que más espacio, energía y tiempo ahorra es el sistema integrado totalmente robotizado. En este caso, el usuario únicamente tiene que trasladar el automóvil hasta una cabina. Una vez fuera del coche, el conductor introduce una clave y el sistema lleva el vehículo desocupado desde la cabina hasta el conjunto de plazas del aparcamiento, situando el vehículo en la que más cerca esté en ese momento.

En la cabina se encuentra el cerebro del robot de aparcamiento. En este espacio el vehículo es monitorizado, medido electrónicamente y controlado. La pantalla, situada también en el vestíbulo, indica cómo se debe colocar el vehículo para que se aparque correctamente evitando roces.

Pero este sistema, pese a ser el más completo, no es aplicable a todos los edificios. En función de las características del inmueble se puede optar por un sistema u otro. Por ejemplo, en edificios antiguos con poco espacio, lo más sencillo es instalar un sistema de plataformas mecánicas mediante el cual los coches se aparcan en varias alturas. El principal problema que presenta este sistema parcialmente automatizado es que para sacar el coche que se sitúe en la plataforma de arriba hay que retirar el que esté a pie de suelo.

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