Zinedine Zidane aceptó dejar su breve retiro y hacerse cargo de nuevo del Real Madrid para tomar las medidas de renovación que quiso evitar al final de pasada temporada. Un proceso que empezará en verano y que, no obstante, necesita que se acabe un curso 18/19 que se le está haciendo eterno al club blanco...y al propio entrenador, ya hastiado por el rendimiento de su plantel.
Después de una nueva derrota, esta vez en Vallecas ante el Rayo Vallecano, el técnico estalló. Con palabras duras, muy poco habituales en él, criticó a los suyos. No dejó de usar en ningún momento el plural, incluyéndose en los reproches, pero éstos tenían un destinatario claro: los jugadores. "Siempre los voy a defender, pero hoy no puedo", decía el galo.
En la misma conferencia de prensa, en la que se atizó también a sí mismo ("Yo soy el responsable", "la culpa la tengo yo"), dejó varios mensajes que podrían tener consecuencias a final de temporada. Porque, en paralelo a frases negativas ante la actitud, el sistema, el juego, la concentración y su propia gestión, también dejó entrever el disgusto con algunos de los jugadores que perdieron en el césped vallecano: "La culpa no la tienen sólo los jugadores, la tengo yo con los que he puesto y con los cambios".
Varios de los jugadores del once titular ante el Rayo pertenecen al grupo de las posibles salidas, ya sea en forma de venta o cesión. Es el caso de un Dani Ceballos que reconoció el pasado verano que su relación con Zidane no era buena, el de un Marcos Llorente que ha tenido menos presencia que con Solari o Lopetegui, el de un Mariano intrascendente o, quizá el más importante, el de un Bale al que dedicó unas palabras aparte.
Preguntado sobre si el galés tenía la cabeza o no en el Real Madrid, 'Zizou' dejó una contestación que dará que hablar: "Le tenéis que preguntar a él". El de Cardiff, en un gesto polémico, no tomó el mismo autobús que sus compañeros al término del partido y viajó directamente a Barajas para coger un vuelo, en lo que se ha interpretado como una muestra más de su desconexión con el resto del vestuario.
Con tres choques aún por delante, Zidane no tuvo reparos en admitir que la temporada se le está haciendo larga: "Me gustaría que acabara cuanto antes, pero quedan tres partidos y hay que hacer otra cosa. No podemos acabar LaLiga dando esta imagen". Mientras tanto, su hastío va en aumento.