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La guerra que amenaza con el colapso del fútbol actual: la FIFA contra el mundo

  • Los proyectos de Gianni Infantino conllevarían un calendario casi imposible
  • Los equipos europeos ya se han declarado profundamente en contra
  • La situación en 2020 puede significar un cambio radical en el deporte rey

La FIFA está dando los primeros pasos de lo que será, si su consejo directivo lo respalda, una auténtica revolución del fútbol que actualmente conocemos. El organismo presidido por Gianni Infantino quiere revitalizar el deporte rey con la sustitución del Mundialito de clubes y la Copa Confederaciones por dos nuevos torneos (un nuevo Mundialito cada cuatro años y una Liga de las Naciones global cada dos) de mayor relieve que estirarán, de convertirse en realidad, el calendario hasta el extremo. Un sobreesfuerzo para los clubes y los jugadores que puede generar un conflicto de consecuencias aún desconocidas.

La propuesta de Infantino viene siendo detallada por la prensa estadounidense en las últimas semanas. De la mano de un consorcio con raíces en Oriente Medio y Asia, el presidente de la FIFA conseguiría una inyección de 20.000 millones de euros con la creación de las dos nuevas competiciones. Su inclusión en el calendario futbolístico añade más partidos (y todos de alto nivel) en las ya de por sí apretadísimas agendas de los jugadores. El problema, que comenzaría a partir de 2020, es grave, y se acentúa con la puesta en escena de la Nations League de la UEFA.

Un vistazo al almanaque basta para ver el riesgo de colapso. Tras el Mundial, las fechas de septiembre, octubre y noviembre (en cada uno de estos meses hay espacio para dos partidos por selección) de 2018 están destinadas a la nueva competición de la UEFA, que deja un escaso margen para los amistosos. En marzo de 2019 comienzan los clasificatorios para la Eurocopa, que se prolongan en junio (mes de la Final Four de la Nations League), septiembre, octubre y noviembre. En verano de 2020, se disputa la fase final de la Eurocopa. Y a partir de ahí se prevé el pandemónium.

Siguiendo la hoja de ruta de la FIFA (comenzar el primer gran Mundialito de clubes en 2021 y su particular Nations League mundial en 2020), es en este momento cuando el calendario se estira al límite.

El ciclo de la UEFA Nations League vuelve a empezar, y mantiene ocupadas las plazas de septiembre, octubre y noviembre de 2020. En el mismo tramo, hay que encontrar hueco a los partidos de clasificación del Mundial 2022 y a la fase previa de la Nations League global. Solo las fechas de marzo y septiembre de 2021 aparecerían totalmente disponibles para ello, ya que ese verano se disputarían dos eventos de élite casi de manera consecutiva: el primer Mundialito (que incluiría a los mejores equipos de todo el mundo) y la segunda edición de la Final Four de la UEFA Nations League. El batiburrillo de partidos aumenta aún más, ya que la fase final de la Nations League mundial se jugaría entre octubre y noviembre.

Una situación que se repetiría, una y otra vez, en un ciclo de partidos que cargaría las piernas de los jugadores, que sin contar el fútbol de selecciones, y en los casos de equipos de primer nivel, pueden llegar a acumular cerca de 60 partidos en una sola temporada. Un panorama alarmante ante el que ya ha habido respuesta por parte de los clubes.

Un frente común contra la FIFA

Las Ligas Europeas, organismo que reúne a las grandes competiciones del continente (incluyendo, lógicamente, a la Premier League, LaLiga, la Bundesliga, la Serie A o la Ligue 1) se ha posicionado claramente en contra del parecer de la FIFA, que con sus dos nuevas competiciones, pone contra las cuerdas a unos torneos que "no están preparados para hacer más concesiones" y altera de manera clara un calendario "muy congestionado".

Al margen de una complicada solución al jeroglífico en el que se convertiría el calendario futbolístico, las Ligas Europeas prometen lucha. Por el momento, han hecho un llamamiento a la UEFA, al sindicato de jugadores FIFPRo y a la asociación de clubes europeos (ECA) para hacer frente común contra "la clara ausencia de consulta y transparencia, así como una manipulación intencionada de la estructura de toma de decisiones por parte de la FIFA". La ocasión, el Foro Estratégico del Fútbol Profesional que se celebrará en unos días, el 16 de mayo.

Los bandos están más o menos definidos. A un lado, la FIFA (Infantino se juega en estos torneos cumplir la promesa de aumentar los ingresos de las federaciones, por lo que sacar a delante sus dos proyectos es un objetivo vital para él); a otro, los clubes y ligas, especialmente europeos, los que más peso tendrían en un pulso contra el máximo organismo del fútbol mundial. La duda, la posición que tome la UEFA. La entidad que preside Aleksander Ceferin se debate entre el rechazo a una competición que podría eclipsar a la Champions (el nuevo Mundialito) y el respaldo a un modelo de torneo que casa con su gran apuesta, la Nations League.

Se avecina una guerra ante el posible colapso del calendario. En caso de que prevalezca el criterio de la FIFA o que el organismo haga caso omiso de las quejas de sus críticos, la incógnita estaría en el comportamiento de los equipos y los futbolistas. Los primeros tendrían que ceder a sus jugadores en perjuicio propio, los segundos estarían 'obligados' a una mayor carga de partidos que en absoluto les resulta beneficiosa.

¿Podrían los equipos negarse a entregar a sus futbolistas? ¿Serían los jugadores capaces decir 'no' a jugar con sus selecciones? Otros deportes dan ejemplos al respecto. El tenis ha dejado ausencias destacadas de tenistas como Novak Djokovic, Roger Federer o Rafa Nadal en las convocatorias de Copa Davis cuando éstos lo han creído conveniente. En baloncesto, el Maccabi de Tel Aviv anunciaba hace un mes la creación de dos clubes, uno para la Euroliga y otro para la liga israelí, en vista de las dificultades para crear un solo bloque que compitiese en los dos torneos, una consecuencia del nuevo formato del trofeo europeo, que conlleva más de 40 duelos para las escuadras que llegan a la Final Four.

Sin embargo, no hay casos de relevancia en el fútbol. El balompié actual, que nada entre dos aguas, podría verse expuesto a una situación única. Un escenario sobre el que la incertidumbre, a día de hoy, es absoluta.

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