El misterio ha rodeado siempre a la fracmasonería, y es comprensible. Rituales, secretismo y tráfico de influencias son la triada de las supersticiones o falsos mitos que rodea a los masones, según W. Kirk MacNulty, autor de "Masonería, símbolos, secretos y significados" (Electa): ¿Quieren saber cuáles son?
Y no es de extrañar, porque la masonería y todo lo que le rodea conforma, para el no iniciado, un inmenso rompecabezas.
Comencemos: "El ojo que todo lo ve", el trazado de Washington D.F., el "Nuevo Orden Mundial", la conspiración judeo-masónica, los códigos secretos, su falso origen en la Revolución Francesa. Dejemos hablar a MacNulty.
1- Washington
Durante muchos años, se ha dado por sentado que la ciudad de Washington, la capital de EE UU, se fundó sobre principios platónicos. Novelas como "El fuego", de Catherine Neville, lo repite. Pero, según MacNulty, es una "leyenda popular".
En parte se debe a que el propio George Washington fuera masón y luciera sus emblemas cuando puso la primera piedra.
Sin embargo, los que defienden la tesis de que es, en si mismo, un monumento masón ven la presencia de figuras masónicas desplegadas sobre el plano de la ciudad, incluido su edificio más emblemático, el Capitolio, eje del Washington trazado a escuadra (el alma) y compás (el espíritu).
MacNulty afirma, en cambio: "La verdad es que el trazado de Washington no es masónico, se basa en principios geométricos aplicados a la topografía local". Habrá que creerle. MacNulty defiende además que la mayoría de los "padres de la patria" presuntamente masones no lo eran.
2- El dólar y el "ojo que todo lo ve"
Los teóricos de la conspiración han querido ver en el mismo billete de un dólar como prueba de la influencia de los masones en la creación de EE UU y de su poder actual.
En particular, esgrimen el reverso del Gran Sello con el "Ojo que todo lo ve" o "ojo de la providencia" y la leyenda "Novas Ordo Seclorum", que a menudo se traduce como "Nuevo orden mundial" y se asocia a los planes de dominio universal de los Illuminati o al Club Bildelberg. Falso, según MacNulty.
El argumento falla por los dos lados. Primero, el "Ojo que todo lo ve", la imagen de un dios omnipresente, es una representación mesopotámica del poder de la divinidad.
Y el "Novas Ordo Seclorum" debería traducirse como "Un nuevo orden para los siglos" y no sacarse de contexto: la pirámide inconclusa que le acompaña tampoco es masónica, sino que con sus trece niveles ?uno por cada Estado fundacional de los Estados Unidos? alude a un país sencillamente en construcción.
3- Códigos secretos
Sí son la leyenda cuyo nombre utilizamos para bautizar a nuestra modesta -y básicamente escéptica- seri- de contenidos que en EcoDiario.es dedicamos a las leyendas y el folklore del siglo XXI -o, a lo 'oculto', como ustedes prefieran-.
Pero no son un gran misterio realmente. Estos 'códigos secretos' o criptogramas masónicos apenas alcanzarían a ser lo que un matemático llamaría "códigos de sustitución", normalmente vinculados a un idioma en concreto: normalmente inglés e incluso alemán.
El más famosos de todos es el conocido como "Código Pigpen", bautizado también como "código de los fracmasones", no es siquiera una fórmula útil de mantener secretos.
Su único valor es simbólico y de pertenencia. "Los códigos masónicos y todo lo que un masón se compromete a mantener en secreto ?añade MacNulty? están en cualquier buena biblioteca y sin duda en páginas web antimasónicas".
4- Herencia templaria
Los masones no son los herederos de los extinguidos templarios. No.
Sin embargo, a la confusión muchas veces interesada ?por los propios masones, incluso? ayuda que adoptaran por ejemplo el sistema de "grados del oficio", así como numerosa simbología de la orden de los caballeros del Templo de Jerusalén, desde la advocación al propio templo salomónico como la disposición de las capillas.
5- Conspiración judeo-masónica
El gran maestro de la Gran Logia de España, José Carretero Doménech, describe como masones a "personas que desean ser mejor y utilizan esta mejoría de sí mismo para ayudar a la sociedad. Somos un grupo de personas que pretende ser libre y actuar conforme a su criterio razonado y eso es muy peligroso en las dictaduras. Hemos estado prohibidos cuando hubo una dictadura en Rusia, en Italia, en Alemania...".
El franquismo azuzó la idea de la "conspiración judeo masónica" para justificar la persecución, y de paso le añadió la coletilla de comunista, una paradoja en sí mismo, e incluso protestante, otra monumental.
La idea, no obstante, no era original, ya había sido explotada por los estalinistas, por los nazis o las camisas negras de Mussolini. s suficientemente sabido que "Los protocolos de los sabios de Sión" es uno de los grandes fraudes históricos. Pura invención de los servicios secretos de la Rusia zarista para justificar los progromos que padecían los judíos.
El texto describe supuestas reuniones de los "sabios de Sión", en la que estos detallan los planes de una conspiración judía para hacerse con el poder mundial. ¿Les suena?
6- Justicia, libertad e igualdad
La revolución francesa no surgió de la masonería ni, mucho menos, al contrario. No es exactamente así.
Existe un manuscrito en Edimburgo de 1612 que ya habla de una organización que es prácticamente masónica. La masonería moderna se pone en marcha en 1717 porque tres grupos se unen en Inglaterra.
Luego llega la Revolución francesa ?que sí asumió un lema masón, no obstante? transformó, sobre todo, la filiación. La mayoría de los masones eran aristócratas y el pueblo acabó con muchos de ellos como en la conocida etapa de "El terror". Paradójicamente, a partir de entonces, el Tercer Estado se hace también con el control de logias masónicas.
7- Una manera de escalar profesionalmente
¿Ser masón es una forma de promocionar socialmente? No debe serlo y si la masonería entiende que la persona se acerca al grupo para su promoción personal, entonces no será aceptado. Eso es al menos lo que afirma Carretero Doménech.
Y también MacNulty. Conocidos antimasones como Ricardo de las Heras, por ejemplo, no están de acuerdo: "El principio de la masonería es alcanzar el poder para utilizarlo en su propio beneficio e introducir principios ideológicos contrarios a los valores naturales, como son la gnosis, el relativismo, el ateismo, etc".