Por Kate Kelland
LONDRES (Reuters) - Reino Unido podría convertirse el martes en el primer país que permita los bebés 'in vitro' de tres progenitores, una técnica que los médicos dicen que evitará algunas enfermedades incurables heredadas, aunque sus detractores lo ven como un paso hacia la creación de seres humanos de diseño.
El Parlamento británico votará sobre esta técnica, denominada donación mitocondrial, que haría pionero a Reino Unido pese a que se oponen con fuerza grupos religiosos y otros críticos.
El tratamiento se conoce como fecundación 'in vitro' de "tres padres" debido a que los bebés -- nacidos de embriones modificados genéticamente -- tendrían genes de una madre, un padre y una donante.
Está diseñado para ayudar a familias con enfermedades mitocondriales, unos trastornos incurables que pasan de generación en generación por línea materna y que afectan a alrededor de uno de cada 6.500 niños en el mundo.
El proceso implica intervenir en el proceso de fertilización para eliminar mitocondrias, que actúan como diminutas generadoras de energía en las células y que si son defectuosas pueden dar lugar a problemas de corazón, fallo hepático, trastornos cerebrales, ceguera o distrofia muscular.
Las ONG internacionales instaron al país a aprobar las leyes que permitan los tratamientos, diciendo que el voto del martes ofrece un "primer rayo de esperanza" de tener un bebé que pueda vivir sin sufrimiento.
En una carta abierta a los parlamentarios, las fundaciones de enfermedades mitocondriales de Estados Unidos y Australia, así como otros grupos de Francia, Alemania, Reino Unido y España, describieron la enfermedad mitocondrial como "inimaginablemente cruel".
"Arrebata a nuestros hijos las habilidades que han aprendido, inflige un dolor que no puede ser controlado y desgasta sus órganos uno por uno hasta que sus pequeños cuerpos no pueden más", escribieron.
Los detractores de la técnica dicen que llevará a la creación de "bebés de diseño" modificados genéticamente.
Los miembros del Parlamento han recibido libertad de voto sobre las nuevas leyes después de su debate.
El parlamentario Jacob Rees-Mogg dijo que votaría en contra.
"Por el momento hay un límite muy claro de que los bebés no pueden ser modificados genéticamente, y una vez que se decide que sí, incluso para un pequeño número de genes, se hace algo muy profundo y entonces sólo es una mera cuestión de grado lo que se puede hacer en el futuro", dijo a la radio BBC.
David King, director de un grupo que no apoya la ley, Human Genetics Alert, instó a otros a seguir a Rees-Mogg.
Esto trataba "de proteger a los niños de graves riesgos de salud de esas técnicas innecesarias y de proteger a todo el mundo del futuro eugenésico de diseño de bebés que le seguiría" dijo.