Cultura

Una exposición reúne en el MNAC obras maestras de Duchamp, Man Ray y Picabia

Barcelona, 25 jun (EFE).- Algunas de las obras más conocidas del siglo XX, como "El Gran vidrio", "La fuente", "Rueda de bicicleta", "Molinillo de chocolate" o "La Mona Lisa con bigotes" se exhiben desde hoy en el MNAC en la exposición "Duchamp, Man Ray, Picabia".

Organizada en colaboración con la Tate Modern de Londres, donde ya se exhibió hasta mayo pasado, la exposición reúne más de 300 obras entre pinturas, objetos, fotografías y filmes, que muestran los principales temas que exploraron los tres artistas a lo largo de sus trayectorias vitales y creativas.

Al mismo tiempo, matiza la comisaria de la muestra, Jennifer Mundy, jefa de investigación de colecciones de la Tate, el conjunto "refleja el universo compartido por los tres artistas".

La exposición, que estará abierta al público hasta el 21 de septiembre, también constata el estrecho vínculo que los tres artistas tuvieron con Cataluña.

La famosa obra de Marcel Duchamp "Desnudo descendiendo una escalera, núm 2" fue presentada por primera vez en la galerías Dalmau de Barcelona, antes incluso de ser expuesta en París en 1912.

Además, Duchamp visitó Cadaqués (Girona) en 1933, y durante los últimos años de su vida pasó largas temporadas en la localidad, donde MAN (MAN.XE)Ray lo visitó con frecuencia.

Ray fotografió, de hecho, allí la última obra de Duchamp, "Cheminée anaglyphe" en 1968.

Francis Picabia, por su parte, formó parte de la colonia de artistas europeos que se instalaron en Barcelona durante la II Guerra Mundial y en la capital catalana publicó los cuatro primeros números de la revista vanguardista "391" y el libro de poemas "Cinquante-deux miroirs", y en 1922 mostró en una gran exposición, también en la Dalmau, sus "españolas" junto a las "máquinas".

La exposición explora la pasión que los tres sentían por el ajedrez, un juego para ellos fuente de inspiración artística, por la repercusión de las nuevas tecnologías en su obra, el potencial subversivo del erotismo, el desafío a la obra de arte única y el interés por el objeto fabricado en serie, ideas que les pone a principios del siglo XX en la prehistoria del pop-art.

La serie de "La Mona Lisa con bigotes" de Duchamp y la correspondiente de Man Ray "El padre de la Gioconda", en la que aparece Leonardo fumando un puro de juguete, ilustran la práctica antiartística y la subversión del canon de la historia del arte que los tres compartían.

En el inicio de la exposición, se constata el interés temprano de Duchamp y Picabia por las máquinas, a las que reconocen como iconos potentes de una nueva época, evidentes en obras como "Paroxismo del sufrimiento" (1915) o "Hija nacida sin madre" (1916-17), de Picabia.

Mientras Duchamp veía las imágenes mecánicas como una manera de desarrollar un estilo voluntariamente impersonal y antiestético, Picabia se limitó a fusilar diseños industriales de libros científicos populares.

El espacio central examina el uso innovador que hizo Duchamp del vidrio como soporte, y en particular en su principal composición, "La novia puesta al desnudo por sus solteros, aun" (o "Gran vidrio"), obra que combina la parodia de la física con una historia de atracción sexual entre una "novia", en la parte superior, y nueve "solteros", escondidos abajo, en "moldes".

No menos conocidos son los objetos de Duchamp convertidos en obras de arte, los populares "readymade", objetos sin mérito estético alguno a los que confirió los atributos habituales de la creación artística: un título, un autor, una fecha y un público o un propietario que los viera.

En el MNAC se pueden ver objetos, convertidos casi en universales, como "Rueda de bicicleta" (1913), "Fuente" (1917) -un simple urinario-, "Percha para sombreros" (1917), "Peine" (1916) o "Portabotellas" (1914).

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