Por Gene y Emery
NUEVA YORK (Reuters) - Como los cigarrillos comunes, la versión electrónica actúa como "una droga de entrada" que modifica el cerebro para que sea más receptivo a drogas más duras.
Los resultados de un estudio de Estados Unidos publicados en New England Journal of Medicine se suman al debate sobre los riesgos y los beneficios de los cigarrillos electrónicos, dispositivos cada vez más populares que liberan nicotina directamente, sin quemar el tabaco.
"Con los cigarrillos electrónicos, eliminamos el riesgo para los pulmones y el corazón, pero nadie menciona al cerebro", dijo el coautor, doctor Eric Kandel, de Columbia University.
Experimentos de laboratorio habían demostrado que "cuando ratones y ratas consumen nicotina, se hacen más adictas a la cocaína" después de administrarles la droga, según recordó el doctor Aruni Bhatnagar, de la Universidad de Louisville y que no participó del estudio, pero presidió un comité de 10 miembros de la Asociación Estadounidense del Corazón sobre los efectos de los cigarrillos electrónicos.
Y aquél efecto se mantuvo aun cuando los animales recibieron nicotina sin quemar tabaco, según explicó por vía telefónica Kandel, que recibió el Premio Nobel en 2000 por su trabajo sobre la memoria.
Los hallazgos de Kandel y su esposa, la investigadora Denise Kandel, de la Universidad de Columbia, parten de observaciones de la nicotina como una "droga de entrada" que ella planteó como una teoría en 1975.
"Los cigarrillos electrónicos poseen los mismos efectos fisiológicos en el cerebro y provocan el mismo riesgo de desarrollar adicción a otras drogas que los cigarrillos comunes, en especial en la adolescencia, durante un período crítico del desarrollo cerebral", escriben los Kandel.
Aunque aún se desconoce con seguridad si los dispositivos serán una vía de entrada al consumo de cigarrillos convencionales y otras drogas, ambos consideran que "es una posibilidad".
"La nicotina actúa como una droga de entrada en el cerebro y este efecto ocurre independientemente de si la exposición corresponde al consumo de cigarrillos comunes, el tabaquismo pasivo o al uso de cigarrillos electrónicos", escriben.
La comercialización de los dispositivos es una industria de 3.000 millones de dólares con 466 marcas que incluyen productos con sabores y cada vez más populares entre los más jóvenes, según afirma la Organización Mundial de la Salud.
En los datos epidemiológicos de una muestra longitudinal del 2004, Denise Kandel identificó en los consumidores de cocaína un nivel de adicción superior a la droga después de haber fumado.
La doctora Shanta Rishi Dube, de la Facultad de Salud Pública de Georgia State University y que no participó del estudio, consideró que los resultados "son válidos de acuerdo con estudios previos sobre la nicotina como (droga de) entrada potencial".
Para Bhatnagar, los resultados refuerzan la recomendación de que la FDA regule los cigarrillos electrónicos. "Si no contamos con leyes estrictas sobre el acceso de los jóvenes y la comercialización de los cigarrillos electrónicos, podríamos alentar la aparición de una nueva generación de consumidores de nicotina y eso será una droga de entrada al consumo de otras drogas", agregó Bhatnagar.
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