NUEVA YORK, EEUU (Reuters) - El noreste de Estados Unidos regresaba lentamente a la normalidad el miércoles tras el paso de la devastadora tormenta Sandy, que paralizó el transporte, cortó la electricidad de millones de familias y mató al menos a 64 personas con enormes marejadas y lluvias que provocaron grandes inundaciones.
Los mercados financieros reabrieron después de que el alcalde de Nueva York, Michael Bloomberg, hiciera sonar la campana en la bolsa de la ciudad después del primer cierre vinculado a factores climáticos desde 1988.
Buses atestados llevaron a los usuarios a trabajar, mientras que el sistema de metro de la ciudad permanecía paralizado por túneles inundados.
Dos aeropuertos de la zona de Nueva York, John F. Kennedy y Newark, mantenían servicios limitados, después de que miles de vuelos fueran cancelados y dejaran a los viajeros en tierra por días. El aeropuerto LaGuardia, un importante terminal aéreo del sector, estaba anegado y permanecía cerrado.
El metro de Nueva York tenía previsto reanudar servicios limitados a partir del jueves, cuatro días después de su cierre ante la llegada de la tormenta, y algunas líneas de trenes suburbanos volverían a operar en las próximas horas.
Los progresos marcaban el contraste con las imágenes de la devastación en la costa de Nueva Jersey, donde las inundaciones sumergieron a vecindarios enteros y con el Breezy Point de Nueva York, donde 111 casas quedaron destruidas por incendios.
"Parece como las fotos de Londres o incluso de Dresde después de la Segunda Guerra Mundial", dijo el senador de Nueva York Charles Schumer al describir Breezy Point.
"Anoche tuve que conducir al bajo Manhattan. Era inquietante ver las luces apagadas. No había luces en las calles ni en ninguno de los edificios de apartamentos", declaró Schumer.
LA TORMENTA MÁS CARA
Se necesitarán días o semanas para recuperarse de las enormes interrupciones al transporte público y el sistema de energía. Más de seis millones de usuarios están sin electricidad en la región. La secretaria de Seguridad Nacional, Janet Napolitano, afirmó que la tormenta podría ser la más costosa en la historia estadounidense.
Más de la mitad de todas las gasolineras de Nueva Jersey y Long Island estaban cerradas el miércoles debido a los cortes de energía y a los bajos suministros de combustible, lo que frustraba los intentos por retornar a la vida normal, dijeron responsables de la industria.
La tormenta causaba más estragos mientras avanzaba al norte hacia Canadá. Las autoridades emitieron advertencias de inundaciones para la región de los Grandes Lagos y en los Montes Apalaches caían intensas nevadas.
Cuando faltan seis días para las elecciones del 6 de noviembre, el presidente Barack Obama visitaba varias zonas afectadas por las inundaciones en la costa de Nueva Jersey, donde Sandy tocó tierra el lunes como la mayor tormenta que afectaba a Estados Unidos en generaciones.
Obama estaba acompañado por el gobernador del estado, el republicano Chris Christie, un firme defensor del candidato presidencial Mitt Romney. Sin embargo, Christie ha elogiado a Obama y la respuesta federal a la tormenta. El jueves, el mandatario retomará su ritmo de campaña.
La cifra de muertos en Estados Unidos por la tormenta llegó al menos a 64, y 30 personas perdieron la vida sólo en Nueva York, incluyendo a 22 en la ciudad, nueve en Maryland y seis en Nueva Jersey y Pensilvania. Otros cinco estados registraron mortales.
Sandy causó 69 muertos en el Caribe la semana pasada antes empezar a azotar la costa este de Estados Unidos, donde llevó fuertes vientos de 130 kilómetros por hora mientras avanzaba al territorio continental.
Los remanentes de Sandy se movían lentamente sobre Pensilvania el miércoles, dijo el Servicio Nacional de Meteorología. Las autoridades emitieron advertencias de tormentas de invierno para una franja desde el suroeste de Pensilvania al este de Tennessee.
"Ahora posiblemente veremos inundaciones cerca del Lago Erie, posiblemente en el lago Michigan", dijo Napolitano.
"Es posible que se produzcan otras inundaciones puesto que los ríos aún están bajo el efecto de los remanentes de Sandy y el agua tiene que ir a alguna parte", aseveró.
Una compañía que realiza cálculos sobre el coste de desastres indicó que Sandy pudo haber dejado 15.000 millones de dólares en pérdidas no aseguradas.
MILLONES TODAVÍA SIN LUZ
Golpeada por una subida récord de casi 4,2 metros del nivel de agua, grandes zonas de la ciudad de Nueva York permanecían sumergidas. En el municipio de Staten Island, la policía utilizó helicópteros para rescatar a residentes atrapados.
Al otro lado del río Hudson en Hoboken, Nueva Jersey, miembros de la Guardia Nacional llegaron para ayudar a los residentes a achicar el agua de sus hogares, dijo la ciudad en su cuenta de Twitter.
"Pensé que era el final. Les decía a mis hijos que rezaran y eso es todo lo que hicimos", dijo Marcelina Rosario, de 47 años, que quedó atrapada en el segundo piso de un edificio de apartamentos en Hoboken.
"Todo pasó tan rápido. El agua comenzó a subir, el refrigerador estaba flotando", expresó.
Unos 6,2 millones de casas y negocios en varios estados permanecían sin energía eléctrica el miércoles por la mañana, por debajo de los casi 8,5 millones de días pasados, lo que sobrepasó el récord de 8,4 millones de usuarios que se quedaron a oscuras con el impacto del huracán Irene 2011.
En la mitad sur de la isla de Manhattan, un cuarto de millón de residentes no tenía luz después de que un transformador explotara el lunes por la noche en una subestación de Con Edison.
Sandy golpeó a la costa este de Estados Unidos una semana antes de las elecciones presidenciales, interrumpiendo una campaña sin precedentes para animar a la gente a votar de forma anticipada y planteando preguntas sobre si algunos centros de votación estarán listos para abrir el 6 de noviembre.
/Por Edward Krudy y Daniel Bases y Ellen Wulfhorst/