En la estación del Norte de Valencia, los andenes están a reventar de turistas que van llegando. Nada más bajarse del tren hay que probar lo típico, los buñuelos de calabaza. Algunos no pierden el tiempo y con maletas y todo se van a contemplar los monumentos falleros. Para meterse de lleno en la fiesta, toca anudarse el pañuelo al cuello y calzar zapato cómodo.
Valencia comienza a llenarse de gente, se esperan para estos días, ni más ni menos, que un millón y medio de visitantes. Se prevé que estas Fallas sean las más multitudinarias de la historia.