Cultura

El Papa insta a los cubanos a buscar la "auténtica libertad"

LA HABANA (Reuters) - El papa Benedicto XVI instó el miércoles a los cubanos a buscar la "auténtica libertad" durante una multitudinaria misa en la mítica plaza de la Revolución y pidió un mayor peso de la Iglesia católica, mientras el Gobierno socialista afronta la mayor época de cambios desde el triunfo de la revolución en 1959.

El obispo de Roma, que cerrará su visita de tres días con un encuentro con el ex presidente cubano Fidel Castro, volvió a insistir en la necesidad de un "cambio" en el país, donde pidió erigir una nueva sociedad, más abierta y justa tras cinco décadas de comunismo.

"La verdad es un anhelo del ser humano y buscarla siempre supone un ejercicio de auténtica libertad", dijo el Sumo Pontífice, hablando desde el mismo púlpito donde Fidel, enfundado en verde oliva, solía arengar a sus compatriotas con encendidos discursos que podían prolongarse durante horas.

"Hay otros que interpretan mal esta búsqueda de la verdad, llevándolos a la irracionalidad y al fanatismo, encerrándose en 'su verdad' e intentando imponerla a los demás", agregó el Papa, que antes de su llegada consideró un fracaso el marxismo y criticó el embargo comercial de Estados Unidos contra el país.

Vestido con una casulla morada, el Papa recorrió a bordo del 'papamóvil' las principales avenidas de la capital, aclamado por centenares de miles de cubanos que se protegían del inclemente sol del Caribe con gorras, viseras de cartón amarillas y sombrillas buscando recibir la bendición del obispo de Roma.

"El Papa devolverá la fe a muchos. Aquí en Cuba las dificultades económicas nos agobian tanto que los sueños se ven un tanto perjudicados", dijo José Correa, exhibiendo orgulloso tres crucifijos en su pecho en un país que fue oficialmente ateo y anticlerical hasta 1992.

Flanqueado por las efigies gigantes del guerrillero argentino Ernesto "Che" Guevara y el rebelde Camilo Cienfuegos, el sumo pontífice alemán reiteró la necesidad de que el Gobierno dé más espacios a la Iglesia, incluyendo la posibilidad de llevar "pronto" sus enseñanzas a las escuelas y universidades.

"El derecho a la libertad religiosa, tanto en su dimensión individual como comunitaria, manifiesta la unidad de la persona humana, que es ciudadano y creyente a la vez. Legitima también que los creyentes ofrezcan una contribución a la edificación de la sociedad", dijo Su Eminencia.

Desde su llegada a Santiago de Cuba el lunes, el papa Benedicto XVI ha enviado el mensaje a las autoridades de que necesitarán la ayuda de la Iglesia en la búsqueda de nuevas vías y modelos para afrontar "sin traumas" las transformaciones por venir.

"Es preciso seguir adelante y deseo animar a las instancias gubernamentales a reforzar lo ya alcanzado y a avanzar por este camino de genuino servicio al bien común de toda la sociedad cubana", dijo al destacar con "alegría" la creciente consolidación de la alianza entre la Iglesia y el Gobierno.

MARXISTAS Y CRISTIANOS

Tras la homilía, el Papa se reunió con el ex presidente Castro, según informó el portavoz del Vaticano, el padre Federico Lombardi, sin dar detalles inmediatos.

Castro había anticipado que le saludaría "gustosamente" como hizo hace 14 años con su predecesor, el fallecido Juan Pablo II, un encuentro que puso fin a las hostilidades entre la Iglesia y las autoridades comunistas.

"Llegué a la convicción de que marxistas y cristianos sinceros (...) debían y podían luchar por la justicia y la paz entre los seres humanos", escribió Castro, de 85 años, en una de sus habituales reflexiones. "Así lo proclamé y así lo sostengo", añadió el líder histórico de la revolución.

El encuentro es un espaldarazo para consolidar la alianza clave entre la Iglesia católica y el Gobierno, que impulsa una serie de reformas para modernizar la economía sin renunciar al ideario socialista, ampliando el emprendimiento privado en áreas antes reservadas al Estado, como el turismo y la hostelería.

El Papa, de 84 años, sostuvo el martes una "cordial" reunión con el presidente, Raúl Castro, que asumió el poder tras la renuncia de su hermano mayor en 2008 por motivos de salud.

Se supo que Benedicto XVI hizo una "petición humanitaria" a Castro, lo que muchos interpretaron como una solicitud para que libere a presos políticos o al contratista estadounidense Alan Gross, condenado a 15 años por instalar conexiones a Internet consideradas ilegales en la isla.

Además, pidió restablecer el festivo de Viernes Santo, en un gesto similar al que tuvo su hermano Fidel con el Papa polaco cuando reinstauró la Navidad antes de su histórica visita en 1998.

La visita generó las reacciones más diversas entre la población. Unos creen que el Papa ayudará a acabar con el bloqueo económico de Washington, otros que impulsará los cambios políticos y la mayoría que su visita reavivará la fe tras décadas de anticlericalismo y proliferación de la Santería afrocubana.

"Vengo a recibir con júbilo y alegría lo que nos quiere decir el Papa, aunque no soy católica", dijo Maritza Álvarez, una empleada estatal de 40 años que esperó desde la madrugada para conseguir un lugar en las filas más cercanas al altar.

"Sabemos que Cuba tiene que cambiar y lo estamos haciendo. ¿Pero cuándo va a cambiar Estados Unidos, con su bloqueo que nos ahoga? Ojalá Benedicto tenga algo que decirles a ellos también", agregó sobre el tenaz embargo económico de Washington.

EXPECTATIVAS

El viaje del pontífice corona un largo camino en la mejora de las relaciones del Gobierno cubano y la Iglesia, que ha llegado a convertirse en el principal interlocutor de las autoridades en temas delicados como disidentes y presos políticos.

Sin embargo, y pese a las referencias más o menos veladas a los presos políticos, no está previsto que Benedicto XVI dé audiencia a los grupos disidentes acusados por el Gobierno de ser mercenarios a sueldo de Estados Unidos.

Los opositores han denunciado que Benedicto XVI se irá del país con una visión sesgada y denunciaron que durante la visita las autoridades les han retenido en sus casas, desconectado sus teléfonos móviles e incluso que mantienen detenido a un joven por gritar "Abajo el comunismo" en la misa celebrada en Santiago.

Aunque la presencia del Papa generó expectativas de una mayor apertura política en temas sensibles como derechos humanos y libertades civiles, el Ejecutivo dejó claro durante la visita papal que los cambios económicos no se trasladarán al área del sistema político de partido único.

"En Cuba no va a haber una reforma política. En Cuba estamos hablando de la actualización del modelo económico cubano que haga nuestro socialismo sustentable", dijo el martes Marino Murillo, vicepresidente del Consejo de Ministros y supervisor los cambios económicos oficiales.

En respuesta, el portavoz del Vaticano, Lombardi, aseguró: "La Iglesia no intenta imponer soluciones. Sabemos que hay un largo camino y que la historia de Cuba es compleja".

Las transformaciones han permitido a los cubanos por primera vez desde el triunfo de la revolución en 1959 comprar y vender libremente casas y coches, adquirir tierras para el cultivo y ampliar el emprendimiento privado en áreas antes reservadas al Estado, como el turismo y la hostelería.

El Papa suavizó su discurso a su llegada a Cuba el lunes, con referencias más o menos veladas a los presos políticos, la necesidad de profundizar cambios políticos y renovar la sociedad, pero lejos de sus frontales comentarios sobre el fracaso del comunismo antes de su llegada.

Sin embargo, mantuvo su visión de que el país necesita nuevos modelos para avanzar y que la Iglesia tendrá un papel "imprescindible" en el futuro de la isla.

/Por Nelson Acosta y Rosa Tania Valdés/

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