A principios del siglo XX fue su momento de mayor explendor, entre otras cosas porque el 'vasco sport' se había convertido en el deporte preferido de la burguesía madrileña. El Beti-Jai, el frontón más castizo de toda España, ubicado en pleno barrio de Chamberí, está cerca de recuperar sus tiempos de esplendor.
En pocos días será declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de monumento gracias al expediente iniciado por la Dirección General de Patrimonio de la Comunidad de Madrid. Además, el Ayuntamiento de la capital firmó el pasado mayo un acuerdo con los dueños del frontón por el cual estos se comprometían a realizar obras de consolidación en un plazo máximo de seis meses.
Este documento sentaría las bases para la recuperación y rehabilitación de su arquitectura neomúdejar. "Parece que esta vez sí es la definitiva", afirma Igor González, portavoz de la plataforma 'Salvemos el Frontón Beti-Jai' de Madrid, después de dos intentos anteriores que no llegaron nunca a buen puerto.
Preocupación de la plataforma
Desde hace tiempo, la plataforma 'Salvemos el Frontón Beti-Jai' está preocupada por la dejadez del edificio, ya que la zona en la que se ubica, el suelo de las obras de nueva construcción cotizan a un precio de casi 5000 euros el metro cuadrado.
Esto ha provocado la sospecha de los vecinos que creían que los dueños podrían haber abandonado a su suerte al edificio para así conseguir una buena suma por la venta del solar. Esta teoría se vio reforzada en 2005 cuando la Comisión de Patrimonio del Colegio de Arquitectos de Madrid denunció que el edificio estaba a punto de ser convertido en un hotel de lujo.
En ese momento, la Asamblea de Madrid aprobó una iniciativa del Partido Socialista en la que instaba al Consejo de Gobierno a apoyar la restauración y conservación del frontón y destinarlo a usos compatibles con su estética.
Ahora, gracias a la declaración de Bien de Interés Cultural en la categoría de monumento, el frontón Beti-Jai dormirá a salvo de la especulación.
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