
Madrid, 13 ene (EFE).- Ocho trabajadores de la empresa de albañilería Romtectabi se han unido a la huelga de hambre que su administrador, Damian Catalin, comenzó hace siete días a las puertas de la constructora Obrum para exigir el pago de una deuda de 700.000 euros.
Catalin y su socio Julián Martín no se han movido de las puertas de esta empresa, día y noche -a pesar de que ha vuelto a nevar en Madrid y las temperaturas son muy bajas-, para reclamar el dinero que les deben y poder pagar así a una plantilla de casi 200 trabajadores.
Martín tuvo que abandonar la huelga de hambre por problemas de salud pero Catalin lleva ya siete días sin comer.
Mientras tanto, un equipo del SAMUR controla su estado de salud: cada noche, los efectivos le hacen un análisis de sangre y otro orina, le miden la masa muscular, le pesan y le hacen un electrocardiograma.
Damián Catalin, de origen rumano, está más débil y ha perdido seis kilos ya que sólo ingiere agua y té sin azúcar, pero no pierde la fuerza para exigir el pago de la deuda.
Desde esta mañana, seis compatriotas de Catalin y dos marroquíes, empleados de Romtectabi, se han sumado a la huelga de hambre y se han instalado a las puertas de la constructora.
El frío es casi insoportable y, para superarlo, se meten en el coche cuando no hay tráfico en la calle de Arturo Soria, donde está la sede de Obrum, y dan unas vueltas para entrar en calor, ha explicado a EFE Julián Martín que, a pesar de haber abandonado la huelga de hambre, no se separa ni un minuto de su socio.
"No entendemos por qué no nos pagan, hemos hecho obra pública que se paga con el dinero de todos y aquí no ha llegado nada, en concreto, hemos hecho tres promociones de viviendas en el PAU de Alcorcón, de más de cien viviendas cada una", afirma Martín.