Construcción Inmobiliario

El año del desescombro inmobiliario

El retroceso anualizado de los pocos productos que quedan en el mercado español que invierten en suelo e inmuebles es del 9,69% en el año, por lo que se convierte en el peor ejercicio de la última década. Estos productos siguen sin levantar cabeza por la devaluación del precio del suelo y el alquiler. Algunas gestoras han decidido liquidar los suyos y sólo quedan dos disponibles.

Los fondos que invierten en suelo e inmuebles han vivido su peor año en la última década, al caer casi un 10 por ciento sólo en 2013. Si bien es cierto que la situación del sector inmobiliario en España está mejorando y que la inversión extranjera está volviendo a nuestro país -y de qué manera-, ésta no es suficiente para relanzar los fondos inmobiliarios, que siguen sin levantar cabeza.

Ya hace meses que se comenta que la situación del sector inmobiliario en España está mejorando. Según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), durante el tercer trimestre del año se registró un alza del 0,7 por ciento en el precio de la vivienda, lo que supone su primer crecimiento trimestral desde el segundo trimestre de 2010.

Basta con echar un vistazo a los informes de importantes bancos de inversión como PricewaterhouseCoopers (Pwc), que afirma que "el optimismo ha vuelto al sector inmobiliario europeo", y asegura que "el sentimiento positivo del inversor con respecto a las perspectivas del negocio vuelve a cifras del 2008". O como HSBC, que afirma en un estudio que "los motivos de la actual revalorización de los valores financieros son la percepción de que el sector inmobiliario español ha tocado suelo".

Pese a ello, lo que no tiene perspectivas de mejora -al menos por el momento- son los fondos que invierten en el sector. La caída del precio del suelo y el alquiler ha dañado seriamente los cimientos de este tipo de productos y ha provocado una depreciación continua de sus carteras. En 2007, en un entorno donde los precios de las viviendas y sus alquileres no tenían límite -por aquél entonces existía una burbuja de precios-, estos fondos actuaron como un refugio para los inversores, que se aprovecharon de rentabilidades anuales de entre el 5 y el 10 por ciento. Pero con la posterior caída de los precios del suelo y el alquiler, la viabilidad de este tipo de productos está seriamente dañada. De media, los fondos inmobiliarios asumen una caída a seis años anualizada del 6,16 por ciento y a cinco años anualizada del 5,51 por ciento. Aunque este es, de calle, el peor año para estos productos en la década, al caer casi un 10 por ciento.

Esto contrasta claramente con lo que está pasando en Estados Unidos, donde los fondos inmobiliarios cotizados, los conocidos como REITs, se han beneficiado del programa de compras de activos respaldados por hipotecas que ha seguido la Reserva Federal (Fed).

Sin embargo, a pesar de sus caídas en el año, estos productos siguen recibiendo suscripciones de partícipes: han entrado 54 millones de euros en el año. Posiblemente, porque los bancos están intentando vender este tipo de productos acusando a la mejora de los precios de la vivienda.

Pocas opciones de inversión

Tal es el sentimiento del sector, que Santander ha puesto el epílogo a la que llegó a ser la mayor inmobiliaria de nuestro país por encima de Metrovacesa, Colonial o Urbis: el Banif Inmobiliario, cinco años después de que la firma anunciara una tasación extraordinaria de su fondo, atrapando a 70.000 partícipes (y en el que el día que anunció esta medida aún quedaban 369). Pero ésta no ha sido la única gestora que ha optado por eliminar este producto de su escaparate. También CatalunyaCaixa se sumó el pasado mes de octubre a la moda imperante de soltar lastre en la gestión inmobiliaria, al liquidar su fondo, el CX Propietat, que con fecha 31 de agosto contaba con 3.336 partícipes, según datos de la propia entidad. Y por último Bankia, que cedió el pasado mes de septiembre su negocio de gestión y comercialización de activos inmobiliarios al fondo estadounidense Cerberus. Su fondo, el Bankia Inmobiliario, también está en proceso de liquidación.

Tras este descalabro del sector, y con los datos de Morningstar en la mano, ahora sólo quedan dos fondos abiertos en el mercado español: el Sabadell Inmobiliario y el AC Patrimonio Inmobiliario, que tienen un patrimonio de 936 y 98 millones de euros, cada uno. De esta forma, el fondo de Sabadell se erige como la mayor inmobiliaria española que hay actualmente en el mercado, ya que ninguna de las inmobiliarias cotizadas de la bolsa española logra superar esta cifra.

Aparte de Testa, que se encuentra actualmente suspendida de cotización, cotizan en bolsa Realia, Colonial y Quabit. Estas últimas tienen una capitalización bursátil de 237, 239 y 159 millones de euros, respectivamente, un dato que logra superar de calle el Sabadell Inmobiliario. La inmobiliaria a la que mejor le va en bolsa es Quabit, ya que sus títulos se han revalorizado un 165 por ciento, algo que contrasta con Colonial, que arrastra una caída del 35 por ciento.

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